Lorena Barrera: Una vida nueva después del DMT
El primer mural que pintó Lorena Barrera en su vida tuvo como protagonista al mítico dios griego Zeus. Lo pintó con facciones muy marcadas y colores llamativos en un fondo color amarillo que predominaba en el exterior de su casa.
La idea surgió más como una inquietud de tapar el horrible color taxi que su mamá había elegido para la fachada y un día, luego de pedir permiso para hacer una pintura, logró tapar la barda casi en su totalidad, la compartió en su cuenta de Instagram y de ahí surgieron más llamados para hacer ocho murales en otras partes de la ciudad.
Para llegar a ese momento, la oriunda de El Paso, Texas recorrió varias posibilidades. Primero, empezó a estudiar Aviación porque quería ser piloto, pero la dejó porque era muy costosa. Luego, estudió Historia del Arte, la dejó y buscó estudiar una filosofía en Ciencias Políticas, pero tampoco le gustó y de nuevo terminó por no concluirla.
La antropología pasó por estas posibilidades, pero al no saber qué haría con ese conocimiento, también la hizo descartarla. Finalmente, estudió y concluyó Producción Teatral en Houston, de donde obtuvo los primeros conocimientos previos para armar sus primeros trazos.
Sin embargo, no fue esta rama del teatro donde encontró el camino que la satisficiera, sino en el estudio de la metafísica y en el compartimiento de toda esta información.
La constante curiosidad de leer diferentes ramas de la filosofía y sobre todo una microdosis de DMT, conocida por muchos como “la partícula de Dios”, fue el parteaguas de la nueva vida de Lorena Barrera.
En el viaje que recuerda, la artista hablaba y veía los sonidos que salían de su voz como seres vivientes y logró sentir contacto con la Madre Tierra. La sentía, la veía y la percibía como triste. “La sentía como una niña chiquita que estaba llorando y me pedía ayuda. Era como una madre protectora, buena, linda, pero inocente, como que te quiere cuidar y es muy sanadora”, dice.
A partir de ahí, hubo un cambio abrupto en la vida de Lorena. Se hizo vegetariana sin buscarlo, comía huevo y sentía náuseas, trataba de comer productos de origen animal y su cuerpo no lo permitía. Dejó de tomar alcohol, cambió su ciclo de sueño y se sintió sanada.
Desde entonces la medicina holística se ha vuelto parte de su vida y su despertar.
Durante el último año se ha dedicado a la enseñanza de la metafísica. Abrió un canal en YouTube llamado “Lorena la bruja filosófica”, que ya suma más de 31 mil suscriptores que ven sus videos sobre temas como la espiritualidad, la religión dogmática, limpieza de energía y tarot, por mencionar algunos temas.
Además de luchar contra su escepticismo, pues siendo una persona que muchos años se dejó llevar sólo por posturas científicas, lo más difícil de este cambio fue dejar de lado su ego intelectual. No creía en nada que no fuera comprobable y temas como el espiritualismo y la lectura de cartas, “se le hacía una pendejada”.
Ahora está convencida que ciencia y espiritualidad no deberían de estar peleadas porque no pueden avanzar una sin la otra, se necesitan mutuamente y lo ideal es encontrar un equilibrio entre ambas.
Su filosofía de vida tiene como bases el servicio y el amor, porque aquí se viene a ayudarse entre todos, se viene a dar el amor que uno tiene.
“Venimos a la Tierra a asistir un cambio que hay, ayudarnos entre todos. Todo es amor, ser bueno con los demás, es como un músculo. Si tú practicas mente positiva y el siempre transmutar la energía hacia el amor, de repente se vuelve una costumbre. Al igual que la gente se acostumbra a pensar cosas malas, igual tú puedes aprender a transmutar todo en amor”, dice Lorena convencida con una sonrisa grande en su rostro.