La pandemia por COVID-19 ha dejado rastros de creatividad y expresión, muestra de ello es la reciente exposición del artista lagunero Lorenzo Lugo McKelvain, titulada La arqueología de los gatos ancestrales, que actualmente se expone en la galería de la Casa de Cantera, en Torreón. (SAÚL RODRÍGUEZ)
La pandemia por COVID-19 ha dejado rastros de creatividad y expresión, muestra de ello es la reciente exposición del artista lagunero Lorenzo Lugo McKelvain, titulada La arqueología de los gatos ancestrales, que actualmente se expone en la galería de la Casa de Cantera, en Torreón.
Para configurar esta muestra, el artista partió de la nostalgia y de los descubrimientos familiares que aparecieron ante él durante el confinamiento, factores que acentuaron con la obligada convivencia familiar. En el discurso de La arqueología de los gatos ancestrales se abordan vacíos, huecos de su historia familiar, también cuestionamientos sobre su origen.
“Decidí abordar el regresar a mis orígenes, siempre me ha gustado saber de donde viene mi familia, el origen. Lo que fue muy complicado para mí, porque en realidad mi familia, mis papás y mis tíos, nunca tuvieron interés en preguntar a sus papás o averiguar en nada. Además mi madre en huérfana, así que no hay mucha información”.
En total son nueve obras las que se encuentran expuestas. Entre ellas aparecen pinturas, escultura y elementos fabricados en cerámica, material que el artista conoce a la perfección pues dialoga constantemente con él.
Entre las propuestas, sobresale la obra principal titulada al igual que la muestra, un conjunto de cerámicas colocadas en uno de los muros, que remiten a una especie de vestigio arqueológico. El artista relaciona el tema de la arquelogía con el regreso, por lo que la fabricación de esta pieza surgió de lo lúdico, para jugar con la forma, con la presentación, con el diálogo.
“Me puse a jugar con esto, como la idea del tepalcate. Esta pieza consiste en llenar los vacíos, en esa brecha que no sé qué paso en mi familia”.
Y es que el cerebro humano suele llenar vacíos en la memoria, y para hacerlo se vale de la fantasía. Lorenzo Lugo McKelvain narra su propia historia con tintes arqueológicos. Aquellas piezas que tienen huecos o cuyas partes se encuentran extraviadas, son restauradas por el arqueólogo con materiales nuevos. De esto trata la analogía que el artista expone respecto a sus recuerdos.
“Para mí significan cosas que son verdad en mi pasado y otras cosas las puse porque quise, para rellenar esos huecos”.
En la muestra también acentúa una obra integrada por cerámicas que, en conjunto, forman el mapa del municipio de Lerdo, lugar donde Lorenzo creció. Es decir, la identidad también juega un papel primordial en su trabajo.
Lorenzo Lugo McKelvain formó parte de la primera generación egresada del Taller El Chanate. Hace años, en plena ola de violencia, dejó La Laguna para trasladarse a Ciudad de México. Actualmente reside en San Miguel de Allende, donde dirige una galería.
