El viento y las altas temperaturas de este domingo dificultan los esfuerzos para apagar los seis incendios que permanecen activos en Turquía, en particular un foco que podría afectar una central térmica en el suroeste. (ARCHIVO)
El viento y las altas temperaturas de este domingo dificultan los esfuerzos para apagar los seis incendios que permanecen activos en Turquía, en particular un foco que podría afectar una central térmica en el suroeste.
"Se han tomado grandes precauciones en la región y se ha intervenido desde el aire. Ahora el fuego sopla hacia el mar y de momento el incendio no ha crecido, pero el peligro persiste", declaró en un tuit Muhammat Tokat, alcalde de Milas, donde se encuentra la planta de energía.
Para proteger la central de Yeniköy se han talado árboles en un radio de cinco kilómetros y cavado zanjas, mientras que decenas de bomberos y voluntarios intentan evitar, con tanques de agua, el avance de las llamas.
Además, la central térmica ha alquilado un helicóptero bielorusso con una capacidad de descarga de 15 toneladas de agua, para ayudar a las autoridades a controlar el incendio, que se desató hace diez días en la zona.
Yeniköy es la segunda central amenazada por el fuego en la zona, ya que a doce kilómetros está la de Kemerköy, que se vio afectada el pasado miércoles y hoy las llamas volvieron a acercarse, pero fueron controladas rápidamente con una intervención aérea.
Por otro lado, se han desalojado dos vecindarios en la ciudad de Bodrum, en la misma provincia, por el avance del incendio debido a los cambios de viento en la zona.
También se declaró un nuevo incendio en Dalaman, cerca del aeropuerto de la provincia de Mugla, si bien las autoridades aseguran que el aeródromo no corre peligro.
En los últimos doce días se han conseguido controlar 217 focos en 38 provincias del país.
Desde la oleada de incendios declarada el 28 de julio, los fuegos han provocado ocho víctimas mortales, siete de ellas en un incendio en Antalya.
