Mauricio Zavalsa fue de los pocos hombres que pudieron marchar con la venia de los colectivos femeninos que protagonizaron la marcha de este Día Internacional de la Mujer. (EL UNIVERSAL)
Mauricio Zavalsa fue de los pocos hombres que pudieron marchar con la venia de los colectivos femeninos que protagonizaron la marcha de este Día Internacional de la Mujer.
Acompañado de su cuñada y su sobrina, se envolvió en una pancarta con la imagen de su hija Fernanda, quien fue asesinada el 20 de junio de 2020, crimen del que hasta el momento no hay pistas de los responsables.
En entrevista, contó que cuando llegó al monumento a la Revolución, listo para marchar, hubo quienes le pedían que se retirara, pero que en seguida el colectivo de mujeres que conoce su historia la compartió con las demás para que lo apoyaran y le permitieran exigir justicia por su hija.
Afirmó que ningún muro lo va a detener en su exigencia para esclarecer el homicidio de su hija.
"Vengo a pedirle al Presidente y a las autoridades que se pongan a trabajar sobre el feminicidio de mi hija", dijo.
"A mí ningún muro me va a detener, no venimos a agredir, no venimos a nada, simplemente venimos a una marcha pacífica y a decirle al Presidente que se baje de su nube porque realmente estamos peor que nunca".
Fernanda salió de su casa en Azcapotzalco, aproximadamente a las 15:00 horas, para arreglarse las uñas, pues más tarde se reuniría con su novio para ir a una fiesta.
"A las 22:30 horas nos llamaron para decirnos que estaba detenida, acusada de homicidio, fuimos a Barrientos y cuando llegamos nos dijeron que no; que la víctima fue ella, que le dispararon en la cabeza por un tipo que iba con ella", relató Mauricio.
"Desde ahí a la fecha no hay ningún detenido. La fiscalía no tiene en concreto ninguna línea de investigación", dijo.
Al no obtener respuesta de las autoridades, Mauricio ha tratado de colaborar entregando información que apunta a que el novio de su hija la mandó matar.
"La fiscalía dice que no lo pueden detener porque no hay pruebas pero pues ya hasta se fugó.
"Hasta ahorita no han podido desbloquear el teléfono de mi hija, dicen que no tienen la tecnología para desbloquearlo que su celular tiene demasiados patrones", comentó.
Reconoció que antes no entendía por qué las mujeres que marchaban estaban tan furiosas hasta ahora que ha vivido en carne propia la impunidad.
"Yo no me daba cuenta de lo que hacían, yo lo veía en la televisión y hasta decía: ay estas chavas están mal, están locas, ¿qué quieren?
Pero hasta que uno lo vive como ahorita, que estoy tan metido en esto es increíble la verdad", afirmó.