Marín Torres arribó Quintana Roo luego de ser detenido en Acapulco y enfrentará la acusación que se le imputa bajo el sistema de justicia tradicional, informó Aracely Andrade, abogada de Cacho Ribeiro, quien sigue el caso de los agravios cometidos en contra de la escritora, desde hace 15 años.
El exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, acusado de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho, durmió esta noche de miércoles en la misma cárcel en donde se encuentra interno el empresario, Jean Succar Kuri, sentenciado a 112 años de prisión por el delito de pornografía infantil y corrupción de menores.
Marín Torres arribó Quintana Roo luego de ser detenido en Acapulco y enfrentará la acusación que se le imputa bajo el sistema de justicia tradicional, informó Aracely Andrade, abogada de Cacho Ribeiro, quien sigue el caso de los agravios cometidos en contra de la escritora, desde hace 15 años.
"Nunca pensé que viviría para verlo", expresó, en referencia al hecho de atestiguar la aprehensión y probable enjuiciamiento de Marín Torres, "El Gober Precioso", mote que -recuerda- le fue puesto por Kamel Nacif, el empresario que le pidió darle un escarmiento a la periodista por haber publicado el libro "Los Demonios del Edén", que lo vincula con Succar Kuri, cabeza de una red de trata de personas.
"Succar es el origen de esto que está viviendo Mario Marín. Ahí comenzó todo y todos escuchamos cómo él y Kamel Nacif -en aquellas grabaciones del 14 de febrero de 2006- se pusieron de acuerdo para orquestar la venganza en contra de Lydia (Cacho)", dijo la abogada.
Andrade Tolama indicó que una vez que el exmandatario poblano, quien se mantuvo prófugo de la justicia durante meses, llegó a la cárcel, fue revisado médicamente para luego ahí pasar la noche. "Van a estar juntos, pero no revueltos", manifestó la abogada, refiriéndose al exgobernador y a Succar Kuri.
Este jueves será presentado -virtual o presencialmente- ante el Juzgado Segundo de Distrito, radicado en esta ciudad, como parte de la primera diligencia de la causa penal 26/ 2018, por tortura, cuya pena alcanza los seis años de prisión.
"Su detención es una primera victoria, pero eso no significa que se haga justicia". Y agrega: "Al ser un delito grave, si se le dicta el auto de formal prisión, enfrentará el proceso en la cárcel y estaríamos solicitando que fuera trasladado a un penal de máxima seguridad".