Nuestra zona metropolitana aguarda impaciente al inicio de su proceso de coordinación que había arrancado en febrero del año pasado. El Foro Metropolitano Laguna, organizado por la Sedatu y la Comisión de Zonas Metropolitanas del Senado, trajo la promesa de un convenio que sería firmado por autoridades correspondientes de los tres órdenes de gobierno, que hasta la fecha no ha sucedido.
Como he comentado en otras colaboraciones, este convenio no es, en sí mismo, una solución integral y definitiva para enfrentar los obstáculos que la desarticulación, en términos de planeación y toma de decisiones de impacto metropolitano, presentan para el desarrollo sostenible de nuestra zona conurbada. La firma apenas es el reconocimiento de la necesidad y obligatoriedad en las atribuciones de cada actor público participante, de la puesta en marcha de diversos procesos hacia la institucionalización de la gestión metropolitana.
En octubre del 2020 el Congreso de Coahuila autorizó a sus municipios laguneros la suscripción de dicho convenio, y en Metrópoli Laguna registramos que ese era el último trámite pendiente para concretar la firma. Sin embargo, pasamos al 2021, ya tomó protesta una nueva legislatura local en Coahuila, y seguimos sin noticias claras sobre el convenio.
De igual forma, las autoridades que visitamos desde el 2019, que ya han sido sensibilizados y han participado tanto en el foro como en otros espacios de diálogo al respecto, también están por dejar sus cargos o cambiar de puesto durante el proceso electoral de este año. Es decir, que el año nuevo representa el riesgo de perder meses de trabajo si no se concreta, por lo menos, esa anhelada firma del convenio. Dicho documento es una expresión local del contenido en la Ley General de Asentamientos Humanos, vigente desde el 2016 en México.
Si algo ha sido claro en el transcurso de esta pandemia global, es que en La Laguna no hemos desarrollado capacidades locales para hacer frente a crisis como ésta. Pocas ciudades en el mundo las tienen, pero muchas están trabajando de manera formal, junto a sus centros de conocimiento y organizaciones de la sociedad civil, para diseñar modelos de gobernanza adecuados a su realidad particular. Esta ventaja competitiva que están construyendo ciudades inteligentes y resilientes, representa fundamentalmente la oportunidad de mejorar las condiciones de vida de todas y todos sus habitantes.
En Metrópoli Laguna hemos construido alianzas entre universidades, OSC, cámaras empresariales y con organizaciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, para impulsar la metropolización de La Laguna. Es importante, sin embargo, que la ciudadanía mantenga su atención puesta en este tema que normalmente no forma parte de plataformas políticas, pero que toca cada momento y espacio de nuestra vida en la ciudad: cómo nos movemos, qué servicios necesitamos, qué oportunidades tenemos, cómo cuidamos al medio ambiente… Sin mecanismos e instituciones metropolitanas, que integren de manera sustantiva la participación ciudadana, seguiremos padeciendo ocurrencias, frivolidades, disgustos y temperamentos políticos que fragmentan al territorio y diluyen nuestras capacidades.
