Testimonios de trabajadores y exobreros señalan que la calidad de vida dentro del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía es precaria. (ARCHIVO)
Juan Manuel ha trabajado sin parar en la megaobra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicada en la Base Militar de Santa Lucía, desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo.
Aunque su familia vive en Tecámac -el municipio donde está localizada la construcción- pocas veces llega a verlos por las amplias jornadas y para completar sus gastos con las horas extras.
Él, como otros cientos de sus compañeros, viene desde el antiguo megaproyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), impulsado por el expresidente Enrique Peña Nieto. No sólo se queja de que les pagaban más antes, sino que eran menos los moches de intermediarios de la obra, quienes están en una supuesta componenda con militares, y denuncia que les cobran entre 20% y 30% de sus sueldos para que puedan continuar trabajando.
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Construcción estuvo abandonada durante siete añosJuan Manuel -cuyo nombre es falso para proteger su identidad por temor a represalias- dice que su familia lo apoya y tiene donde quedarse a dormir. Sin embargo, narra que ha encontrado a compañeros suyos, con puestos más abajo, sobre todo en albañilería, viviendo en pequeñas casas compartidas con colchones en la sala, sin posibilidades de bañarse a diario y haciendo una comida al día porque los moches los afectan.
"Ganas mil 700, le das mil a la familia y sobrevives con 700", expone el entrevistado, quien reclama que los están presionando para acabar la obra, ya que el Presidente quiere inaugurar el aeropuerto a principios de 2022.
Lo anterior ha llevado a que compañeros suyos se accidenten y a que no se les atienda por completo en la posterior rehabilitación en casos de traumatismos y otras lesiones graves.
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López Obrador pretende sea construido en tiempo récord para descongestionar el actual aeródromoTestimonios de trabajadores y exobreros señalan que la calidad de vida dentro del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía es precaria, ya que los pagos son menos competitivos en contraste con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y se les cobran moches de entre 20% y 30%.
Los entrevistados también relatan que las condiciones de la vivienda son indignas y que el ritmo de las jornadas, por la prisa de la inauguración de la obra en 2022, los ha puesto en riesgo de fallecimientos y accidentes.