EL PADRE SOÁREZ CHARLABA CON EL CRISTO DE SU IGLESIA.
-Señor -le preguntó-. ¿Cómo era Juan, el discípulo amado?
Respondió Jesús:
-Era joven, y por tanto idealista. Lo quise mucho porque jamás dudó de mí.
Quiso saber el padre Soárez:
-Y San Pedro, sobre quien fundaste tu iglesia, ¿cómo era?
Contestó el Señor:
-Era viejo, y por lo tanto realista. Lo quise mucho porque a veces dudó de mí.
Volvió a preguntar el padre Soárez:
-Y ¿cómo era Judas Iscariote?
Preguntó a su vez Jesús, desconcertado:
-¿Judas Iscariote? ¿Quién fue Judas Iscariote?
Así aprendió el padre Soárez que el verdadero perdón consiste en perdonar y olvidar.
¡Hasta mañana!...