En el cáncer de pulmón lo más importante es la prevención y la detección temprana. (ARCHIVO)
En el mes de la concientización del cáncer de pulmón, se habla de la importancia de los avances en los tratamientos contra este tipo de cáncer, el que más muertes causa en el mundo.
Los robots y las nuevas tecnologías están ayudando enormemente en las operaciones quirúrgicas contra el cáncer, pues no solo han reducido la mortalidad de los pacientes sometidos a cirugías de extirpación de tumores, también han mejorado la calidad de vida de los enfermos tras la intervención.
Estas operaciones con la asistencia de robots se comenzaron a realizar hace 15 años, pero solo para intervenciones muy sencillas.
En los últimos diez años, esa tecnología ha avanzado mucho. Antes de que se comenzaran a utilizar estos robots, el paciente solía tener que recuperarse en el hospital unos cinco a siete días.
Ahora, en uno o dos días el paciente se va a su casa y en una o dos semanas puede volver a trabajar, mientras que antes no se reincorporaba a sus labores hasta uno o dos meses tras la intervención.
Aunque sin importar los avances tecnológicos, en el cáncer de pulmón lo más importante es la prevención y la detección temprana.
Un tumor en un pulmón crece sin síntomas y cuando se detecta, en más del 75% de los casos está en fase avanzada.
Solo cuando se detecta en fase 1 (de 4) existe la posibilidad de curación y se puede extraer limpiamente el nódulo cancerígeno. Una persona de 50 a 77 años, fumador activo o que haya fumado por 20 años y dejado de fumar dentro de los últimos 15 años, debería pedir a su médico que le prescriba una tomografía de pecho de dosis baja para detectar cáncer en el pulmón.
Aunque existen factores genéticos y ambientales que pueden favorecer el desarrollo del cáncer de pulmón, lo verdaderamente recomendable para evitarlo es dejar de fumar, un hábito detrás de otros muchos tipos de cánceres.