Si tienes plantas seguramente has notado que algunas de las hojas pueden llegar a ponerse color amarillo. Esta peculiar tonalidad es conocida como clorosis, que puede derivar en distintas enfermedades o carencias. (ARCHIVO)
Si tienes plantas seguramente has notado que algunas de las hojas pueden llegar a ponerse color amarillo. Esta peculiar tonalidad es conocida como clorosis, que puede derivar en distintas enfermedades o carencias.
Para solucionar el problema y prolongar la vida de tus plantas, pon atención a los siguientes puntos.
Demasiada agua
Si muchas hojas se ponen color amarillo intenso de forma uniforme, probablemente la planta tenga demasiada agua.
No necesariamente significa que la estés regando en exceso, también puede significar que la tierra no tiene un buen drenaje y hace que se forme lodo.
Para confirmarlo, toca la tierra con tus dedos e intenta moverla. Si se queda apelmazada y siempre húmeda, significa que no está drenando correctamente.
Deberás airear la tierra removiéndola y mezclandola con arena. De ser necesario, puedes hacer cambio de maceta.
Deficiencia de nutrientes
Cuando la tierra no está bien abonada también puede provocar este color, ya que no cuentan con minerales que necesitan para fabricar su alimento.
Cuando les falta fósforo, nitrógeno, hierro o potasio (o también pueden estar descompensados) las hojas se tornan amarillas, generalmente de forma dispareja. Puedes observar que se aclaran los bordes, nervaduras o que aparecen manchas de diferentes tamaños.
Puedes resolverlo con abono o compost en el suelo.
Falta de luz
Si la luz falta no pueden realizar la fotosíntesis, y en este caso, la planta más que verse amarilla pasará a un tono blancuzco.
Debes cambiarlas del lugar a donde si puedan tomar el sol. Si las tienes en el interior y te pasa con frecuencia, lo mejor es buscar plantas que puedan vivir con poca luz.
Otras razones por las que esto puede suceder es por estar en suelos muy alcalinos o calcáreos, por ser regadas con aguas duras o por plagas.
Toma en cuenta que las hojas amarillas son más débiles y las plagas pueden llegar a atacar más fácilmente y de forma más agresiva. Puedes retirar con cuidado las hojas afectadas para evitar que enferme.
Utiliza tierra abonada y considera tener tu propia compostera si estás pensando en llevar más plantas a tu hogar.