Seguramente alguna vez el perfume de quien estuvo sentado a tu lado te recordó a alguien más, o quizá compraste un postre sólo porque el olor te recordó a tu infancia. Esto se conoce como memoria olfativa, y es fundamental para la supervivencia humana. (ARCHIVO)
Seguramente alguna vez el perfume de quien estuvo sentado a tu lado te recordó a alguien más, o quizá compraste un postre sólo porque el olor te recordó a tu infancia. Esto se conoce como memoria olfativa, y es fundamental para la supervivencia humana.
El sentido del olfato es un sistema químico encargado de detectar los aromas en el ambiente. Tiene tal peso, fundamental para sobrevivir, dado que te ayuda a detectar sustancias que pueden ser peligrosas, como los alimentos en mal estado.
Además, su eficacia es tal que entra de forma directa en estructuras cerebrales que procesan su información, lo que ayuda a desarrollar la memoria olfativa. Con ella podemos relacionar olores y recuerdos. Apelando a las emociones y sensaciones.
La memoria olfativa incentiva decisiones sin que pasen por el filtro de reflexión. El proceso por el que pasan los olores es:
*Percepción, donde arroja una representación mental del aroma y envía un significado.
*Sensación; realizando una interpretación subjetiva. La mayoría de las veces se percibe como agradable o desagradable.
*Se procesa principalmente por las emociones, suele ser el aspecto más relevante. Puede evocar sensaciones y emociones con mucha más facilidad que cualquier otro tipo de memoria.
*Asociación, gana protagonismo. Suele haber una relación entre situaciones específicas y el aroma, evocando un recuerdo.
*Almacenamiento en la memoria, influenciado por el contexto y características personales.
La memoria olfativa tiene gran peso en nuestras decisiones, por ello, es uno de los nuevos abordajes del marketing.
El fin es promover determinadas emociones que lleven al consumo de un producto. Además de ayudar a fijar en la memoria el recuerdo de una marca específica.
