La celebración en la Parroquia de San Judas Tadeo será atendiendo los protocolos sanitarios. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Todo este mes de octubre estará dedicado a San Judas Tadeo en la parroquia que lleva su nombre y que está enclavada en la colonia Las Torres, en la ciudad de Torreón.
Las misas dominicales están ofrecidas a maestros, taxistas, transportistas, personal de salud, comerciantes y bienhechores. El último domingo será dedicado a todas las personas que fallecieron por COVID.
Samuel Lozano, párroco de la Iglesia de San Judas, indicó que en algunos casos habrá caravanas vehiculares que pasarán por el estacionamiento de la parroquia donde se colocará una imagen del Santo patrono en su altar y se les bendecirá.
La kermés también se distribuyó en los cinco domingos de octubre y serán solo cinco puestos por edición para evitar aglomeraciones. De forma escalonada, también se tendrá participación de grupos de danzantes.
El sacerdote dijo que también se tiene programada la tradicional misa de gallo así como las mañanitas a uno de los santos más populares y queridos por el catolicismo.
Lozano indicó que las eucaristías se celebrarán con una capacidad del 70 por ciento de aforo, que se traduce en un aproximado de 220 personas por misa. La capacidad total de la parroquia es de poco más de 500 personas.
"A todos los devotos de San Judas de aquí de la región Lagunera los seguimos invitando a que no se queden sin el deseo de ir a visitarlo y agradecerle por los favores recibidos. Por eso les estamos ofreciendo estos espacios durante todo octubre", expresó.
El 28 de octubre, desde las 10 de la mañana y hasta las 8 de la noche, seguirá el altar con la imagen de San Judas Tadeo en el estacionamiento para que puedan pasar a venerarlo en caravana vehicular.
"Sigamos cuidándonos, protegiéndonos, amándonos, y una manera es el que usemos los medios que se nos están recomendando para hacer frente a esta pandemia que estamos viviendo", comentó.
Antes de la pandemia, cada 28 de octubre se desbordaba la devoción a San Judas Tadeo en esta iglesia. Entre lágrimas, con niños en brazos, en sillas de ruedas, cargando veladoras, ofrendas florales y figuras religiosas, miles de laguneros llegaban al templo para venerar al Santo.
Los agradecimientos eran principalmente por la salud, el trabajo y la unión familiar.