Según los productores, el precio promedio por kilogramo de la tortilla debería estar en los 20 pesos. (ARCHIVO)
Debido a que los insumos para la elaboración de la tortilla han aumentado más del 40% en el último año, principalmente por la pandemia de COVID-19, además de que las grandes comercializadoras acaparan el maíz, los productores advirtieron que el kilogramo continuará incrementándose y en algunas entidades llegaría hasta 24 pesos.
El Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana y la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas (CNIPMT), alertaron que si el gobierno federal no interviene en solucionar la situación que prevalece, en las próximas semanas eso podría ocurrir.
Acusaron que Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) ha incumplido con su compromiso de vender directamente el grano a los productores, por lo que "es imposible sostener el precio de este alimento básico".
"El promedio nacional estaba en 16 pesos, hoy está en 18, dependiendo de la zona geográfica del país es el precio de la tortilla, por ejemplo en Guerrero costaba 20 pesos, hoy cuesta desde 21 hasta 23 pesos, en el Estado de México tenemos una gran variedad de precios porque todavía no se ajustan todos, pero el precio promedio es de 18 pesos", dijo Sergio Jarquín Muñiz, presidente del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana.
Según los productores, el precio promedio del kilogramo de tortilla debería estar en 20 pesos, pero no lo han querido subir para no afectar la economía de las familias de escasos recursos.
"Nosotros decimos que ese es un golpe enorme a la economía de la sociedad.
"Lo que nosotros estamos exigiendo o pidiendo que Selgamex nos venda ese maíz y sobre todo en los estados donde hay más necesidad, no puede ser posible que Guerrero siendo el estado más pobre del país el precio de la tortilla pueda llegar hasta 24 pesos", comentó.
Se ha incumplido con compromisos con el sector
Rubén Montalvo Morales, de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas, lamentó que no obstante que los productores han sostenido reuniones con Segalmex y las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y de Economía por más de un año, hasta ahora, ninguna de las dependencias federales ha cumplido con sus compromisos con el sector y, por el contrario, el costo de los insumos que se requieren para elaborar este alimento ha ido incrementándose hasta en 40 %.
Esos aumentos en el precio del maíz y harina, así como en el litro de gas y gasolinas, entre otros, propició un primer aumento en el costo del kilogramo de tortilla en el primer trimestre del año, pero reiteraron que el aumento en el precio del alimento continuará si el gobierno mexicano no frena el acaparamiento del maíz de las grandes comercializadoras y si no se estabilizan los precios por tonelada de la materia prima.
"Al inicio de este año, el director general de Segalmex, Ignacio Ovalle, se comprometió, frente a los secretarios Víctor Manuel Villalobos y Tatiana Clouthier, que podrían vendernos por lo menos 400 mil toneladas de remanente de maíz a finales de marzo o principios de abril, pero días después se desdijo, asegurando que ya no tenían grano para nosotros", expresaron.
En días recientes descubrieron que en algunas bodegas de estados como Guerrero, la Segalmex tiene retenidas toneladas de maíz, sin razón aparente, lo que representa un desperdicio que afecta el bolsillo del consumidor final.
"En las bodegas de Segalmex existe maíz echándose a perder, que resolvería de fondo este problema, pero no se nos permite el acceso a él, con el argumento de que es para consumo de Diconsa, pero en la actualidad el grano disponible en el mercado se encuentra en grandes comercializadoras, quienes lo adquirieron a un costo muy bajo, el precio que se nos da es especulativo", denunció Rubén Montalvo.
Los líderes de la industria tortillera resaltaron que si Segalmex ofrece el maíz al sector al precio en el que se le compra a los agricultores y se apoyan las compras consolidadas de maíz y harina, el precio de la tortilla se podría estabilizar para el consumidor final.
En abril de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió con la industria a revisar el tema, por lo que comenzaron las mesas de diálogo entre las dependencias del gobierno federal; no obstante, han incumplido su palabra desde entonces, por lo que los dirigentes pidieron al mandatario mexicano intervenir nuevamente para que las secretarías se pongan a trabajar y se realice un plan emergente en beneficio de la población.