El dormir pocas horas durante la noche afecta directamente tu salud física y mental, ya que tu cerebro y tu cuerpo necesitan tomar un descanso que sea reparador de las rutinas diarias que llevas a cabo. (ARCHIVO)
Tu estado de ánimo, tu físico, tu desempeño diario y tu temperamento pueden verse afectados significativamente por esas horas de sueño que no duermes o que no las descansas correctamente.
El dormir pocas horas durante la noche afecta directamente tu salud física y mental, ya que tu cerebro y tu cuerpo necesitan tomar un descanso que sea reparador de las rutinas diarias que llevas a cabo y eso sólo lo consigues durmiendo correctamente.
Algo que pasa cuando una persona duerme pocas horas o simplemente no siente que descansó durante este tiempo, sus hormonas del hambre se descontrolan y eso aumenta la sensación de hambre y disminuye la saciedad, haciendo que sienta agotamiento y dedique varios lapsos del día a comer continuamente.
Aunado a esto, el aumento de peso, la diabetes, la hipertensión arterial y la depresión son algunos factores que se asocian al hecho de dormir menos de siete horas por la noche.
Por el contrario, tener un sueño reparador y dormir las horas necesarias influye en una mejor salud y bienestar físico y mental.
Dormir bien se dice fácil, pero puede resultar complicado para muchas personas con problemas de sueño.
ALGUNOS CONSEJOS
Establece horarios. Comprométete a una hora específica para ir a acostarte y trata de cumplirla, esto ayudará a que tu cuerpo se acostumbre y cumplirá con las horas de sueño necesarias.
Aliméntate sanamente. Es común confundir la fatiga, la ansiedad y el estrés, ocasionados por la falta de sueño, con el hambre. Durante estos momentos lo mejor que puedes hacer es alimentarte saludablemente y así no sobrecargas tu cuerpo y duermes mejor.
Date un tiempo antes de dormir. Relajarte tiempo antes de irte a acostar, alejándote de las pantallas del celular, la computadora o la televisión pueden ayudar a una buena transición.
Otro consejo que dan los especialistas es llevar un registro diario del sueño durante una semana por lo menos y toma nota de los patrones que descubras.
Podría ser que te des cuenta de hábitos muy particulares que te afectan al dormir.