El ácido hialurónico es uno de los ingredientes más usados en productos de belleza que prometen resultados (y en su mayoría cumplen). (ARCHIVO)
El ácido hialurónico es uno de los ingredientes más usados en productos de belleza que prometen resultados (y en su mayoría cumplen).
Se trata de una sustancia transparente que se presenta de forma natural en tu piel y es responsable de la hidratación. También se encuentra en el tejido de otros órganos, como el tejido conectivo de la columna vertebral, cartílagos o el líquido sinovial de las articulaciones.
Su función es similar a la de una esponja que retiene grandes cantidades de agua, lo que permite restaurar la elasticidades de la piel y suavizar la superficie. Además de crear una barrera que mantiene la piel visiblemente sana y jugosa.
Va disminuyendo con el paso del tiempo por factores como la contaminación, la edad, el sol, y los radicales libres.
Por ello, se ha vuelto muy popular en el uso cosmético, especialmente como rellenador de capas de piel, por medio de inyecciones o infiltraciones. Su aplicación no suele ser dolorosa y los resultados pueden durar entre nueve meses hasta dos años.
Las zonas más comunes donde se deposita es en los labios, pómulos, alrededor de la boca, surcos nasogenianos, patas de gallo, entrecejo y frente.
Otra forma de usarlo, es a través de productos cosméticos enriquecidos con este ingrediente. Puedes escoger entre cremas, sérum o gel, dependiendo de la concentración y mezclado con otros principios activos.
Los resultados son más lentos que en las inyecciones, pero como tratamiento diario dará resultados.
Entre los usos médicos, el ácido hialurónico se utiliza como tratamiento de articulaciones en enfermedades reumáticas, artrosis o lesiones para aliviar dolores y mejorar la movilidad.
También en la odontología se usa para ayudar en los procesos de cicatrización, como regenerar la mucosa bucal y las encías cuando se requiere cirugía.
Se recomienda agregar a tu dieta alimentos ricos en este activo, como las carnes de pato, pollo, pavo, salmón, sardinas, atún, papas japonesas y gelatina.
Otra opción es consumirlo como complemento alimenticio por medio de comprimidos o polvo.