En esta edición, los aguacateros tanto productores como empacadores buscan superar las ventas del año pasado para el Super Bowl. (ARCHIVO)
Pese a la violencia que azota al estado y a la pandemia de COVID-19, los productores y empacadores de Michoacán buscarán superar el envío de aguacate a Estados Unidos para la edición LV del Super Bowl.
Actualmente, el mayor reto para el "oro verde" en Estados Unidos es la baja en el precio de la fruta, pues ante la pandemia los compradores están titubeantes. Otros factores que enfrentan productores y empacadores son el robo, la extorsión y los ataques a sus instalaciones.
Aunque para esta edición del Super Bowl productores y empacadores michoacanos esperan superar la meta de años anteriores en volumen, no será así en cuanto a ingresos.
Según indicaron, a pesar de que el volumen de venta aumentó en el segundo semestre de 2020, el costo del aguacate se desplomó hasta 45 por ciento.
Sólo para la edición 2021 del Super Bowl se espera que el ritmo de exportaciones crezca aproximadamente cuatro por ciento respecto a 2020. Existe la proyección de que, para el cierre de temporada, en junio, se hayan exportado más de un millón de toneladas.
Para el Super Bowl del año pasado, en su edición LIV, fueron más de 140 mil toneladas de aguacate las que se enviaron de Michoacán a Estados Unidos.
Y para este 2021 se estima que, durante las próximas semanas previas al gran juego, la cifra de embarques semanales sea mayor a los mil 360, equivalente a la salida de un camión cada siete minutos de Michoacán con destino a la Unión Americana.
En este sentido, Enrique Espinosa Téllez, director Operativo de Grupo Aguacatero Mexicano (Gamex), explicó que el pedido para el Super Bowl empezó la semana pasada, "un poco fuerte".
"Y ahorita ya están titubeando algunos clientes, a ver si continúan con el volumen o lo empiezan a reducir, porque no sienten el mismo jalón", señaló.
Espinosa Téllez expuso que, a pesar de que han mandado un poco más de aguacate, hay precios bajos y no está muy demandada la clase dos de esa fruta.
Dijo que con respecto a 2019, en 2020 se mandó -de julio a diciembre- 10% más de producto, pero a precios más bajos.
Informó que, por kilo, en la temporada 2019-2020 el precio del aguacate de clase uno andaba sobre los 37 pesos, y en este momento está entre 18 y 20 pesos.
Asimismo, recordó que la fruta de clase dos estaba en siete u ocho pesos debajo del de clase uno, y ahora está 14 pesos abajo.
TAMBIÉN EL GUACAMOLE PADECE
Con relación al guacamole de exportación, Espinosa Téllez afirmó que la compra de este producto en EU también se desplomó debido a la pandemia.
En este caso, dijo, tanto en demanda como en precio hubo un desplome, ya que los mayores compradores de guacamoles son cadenas de alimentos rápidos, restaurantes, casinos y hoteles, que cerraron sus puertas o redujeron su aforo.
Recordó que en este mes de enero, para el Super Bowl enviaban a Estados Unidos entre cinco y seis contenedores a la semana. Cada uno de ellos, especificó, se enviaba con 38 mil libras, que más o menos representan 19 toneladas de producto procesado.
"Este año luchamos por sacar uno a la semana. Debido a la pandemia se acabaron los pedidos, hubo mucha cancelación y llegó una crisis muy fuerte en la guacamolera", reiteró.
VIOLENCIA Y EL "ORO VERDE"
En recientes fechas, la industria aguacatera ha sido también impactada por el robo de la fruta, extorsión a productores y empacadores, así como incendios a empresas que no han podido pagar el llamado "derecho de piso", que asciende a hasta medio millón de pesos mensuales.
Uno de los casos fue el de un empaque ubicado en el municipio de Tingüindín, al que le prendió fuego un grupo armado identificado con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Uno de los socios contó que la empresa apenas tenía tres meses de haber inaugurado sus instalaciones y de haber iniciado sus operaciones cuando fue víctima del ataque.
El empresario, de quien se reserva la identidad por motivos de seguridad, relató que días antes del siniestro habían recibido amenazas telefónicas, a las cuales no les dieron importancia.
Platicó que en un inicio pensaron que se trataba de las extorsiones telefónicas que se hacen desde los penales.
Además, señaló que, como apenas iniciaban operaciones, tampoco tenían la posibilidad de "tirar el dinero"; el empaque lo echaron a andar con créditos.
No obstante, la amenaza se cumplió y el 17 de diciembre del año pasado, narró, cerca de 15 personas armadas llegaron a las instalaciones escondidas en un camión de carga.
Descendieron de la unidad, sometieron al guardia de seguridad, ingresaron al empaque y le prendieron fuego, no sin antes dejarle en claro al personal que "eso les pasaba por no pagar la cuota", recordó.
El empresario indicó que el avalúo de ese empaque era de 120 millones de pesos y, debido a que quedó en ruinas, los compradores no les ofrecen más de 30 millones de pesos. Es decir, tuvieron una pérdida de 90 millones de pesos, además de que tienen que continuar con el pago de los créditos que les otorgaron para echar a andar la nave.