Etiopía rechazó hoy las acusaciones del enviado de la Unión Europea para este país, quien ha asegurado que líderes etíopes le comunicaron su intención de 'aniquilar' a la población de la región de Tigray, contra la que el Gobierno mantiene una ofensiva armada desde noviembre pasado. (ESPECIAL)
Etiopía rechazó hoy las acusaciones del enviado de la Unión Europea para este país, quien ha asegurado que líderes etíopes le comunicaron su intención de "aniquilar" a la población de la región de Tigray, contra la que el Gobierno mantiene una ofensiva armada desde noviembre pasado.
"Cuando me encontré con los líderes etíopes en febrero, usaron este tipo de lenguaje, que iban a destruir a los tigriñas, que iban a aniquilar a los tigriñas para un centenar de años", explicó el enviado y ministro de Relaciones Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, en una sesión informativa del Parlamento Europeo el pasado martes.
"Para mí, esto se refería a atrocidades y crímenes de derechos humanos muy graves. Si eliminas a tu minoría nacional, ¿de qué estamos hablando? (...) A nosotros eso nos parece una limpieza étnica", dijo Haavisto, sin precisar quién hizo esos comentarios.
En su visita en febrero pasado como enviado de la UE, el jefe de la diplomacia finlandesa se reunió con el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, y varios ministros, entre otras autoridades.
El Ministerio de Asuntos Exteriores etíope aseguró en un comunicado publicado este viernes que las declaraciones del enviado de la UE son "una completa mentira" y "una especie de alucinación o un lapsus en la memoria de algún tipo".
El Gobierno etíope, que ha calificado siempre la presión internacional para el cese de las hostilidades como una injerencia en su soberanía, también acusó a Haavisto de querer "socavar al Gobierno etíope" y denunció que sus palabras tienen un "matiz colonial".
Asimismo, Adís Abeba afirmó que no se puede denominar "oposición" al Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) -partido que gobernaba la región norteña hasta el inicio de la ofensiva- ni hablar de un "alto al fuego", tal como hace el enviado europeo, porque este grupo fue designado como "terrorista" por la Cámara baja del Parlamento el pasado 6 de mayo.
Esta decisión se adoptó sin la presencia de ningún diputado que representara a Tigray, ya que estos se habían retirado de la Cámara antes del 5 de octubre pasado, cuando teóricamente expiraba el mandato de Abiy y los parlamentarios de la región norteña dejaron de reconocer su autoridad.
En su intervención, Haavisto hizo también referencia a la violencia sexual contra las mujeres y afirmó que "es increíble y es algo que probablemente no ha pasado antes en otras guerras en esta región".
Organizaciones de derechos humanos y las Naciones Unidas han denunciado el uso de la violencia sexual como arma de guerra en el conflicto, algo que también sostienen testimonios de trabajadores médicos, y si bien más de mil casos han sido documentados hasta el momento, las cifras reales podrían ser mucho más altas.
La guerra en Tigray estalló el 4 de noviembre, después de que el Gobierno central atacara al FPLT en represalia por una presunta agresión de fuerzas tigriñas a una base del Ejército federal.
Desde entonces, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75,000 etíopes han huido al vecino Sudán, país fronterizo con Tigray, según datos oficiales.
Etiopía celebra el próximo 21 de junio sus sextos comicios generales que, a pesar de haber sido anunciados como los más democráticos de su historia, se han visto ensombrecidos por el conflicto en Tigray -donde no se celebrarán votaciones-, la violencia interétnica en el país y otros problemas.