En abril se vieron tasas interanuales de desplome en la actividad (-25.4 por ciento) nunca vistas en la historia del país. (ARCHIVO)
La economía de Argentina se derrumbó el año pasado el 10 %, uno de sus peores desempeños históricos, como consecuencia de los drásticos efectos de la pandemia de COVID-19 que han profundizado la recesión que sufre el país desde hace tres años.
El dato del Estimador Mensual de la Actividad Económica difundido este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos confirma que el año pasado Argentina tuvo el peor desempeño desde 2002, cuando su economía había registrado un desplome récord del 10.9 por ciento por los efectos de la crisis desatada a finales de 2001.
El país suramericano había iniciado el 2020 en condiciones de fuerte debilidad, con un tejido productivo ya golpeado por la recesión iniciada en 2018, consumo en caída, fuerte inestabilidad financiera y alta inflación.
El Gobierno de Alberto Fernández, quien asumió la Presidencia en diciembre de 2019, había empezado a tomar medidas para intentar responder a la emergencia económica cuando en marzo irrumpió la pandemia y el Ejecutivo tuvo que adoptar severas medidas de confinamiento sanitario que supusieron la paralización de buena parte de las actividades económicas.
Así, en abril se vieron tasas interanuales de desplome en la actividad (-25.4 por ciento) nunca vistas en la historia del país, ni siquiera en lo más duro de la crisis de 2001-2002.
SIGNOS DE RECUPERACIÓN
Desde mediados de año, con la flexibilización gradual de las restricciones y las ayudas otorgadas por el Estado, las tasas de caída se han ido desacelerando en términos interanuales, siendo en diciembre pasado del 2.2 %.
En tanto, en la comparación respecto al mes anterior, la economía argentina muestra signos de recuperación desde mayo, aunque a tasas cada vez menos vigorosas: en diciembre la mejora fue de apenas el 0.9 por ciento en comparación con noviembre, la tasa más baja desde que comenzó a notarse cierta mejoría.
El desempeño sectorial de diciembre fue dispar: solo seis de las quince actividades medidas lograron un resultado positivo en términos interanuales, con los servicios de intermediación financiera liderando la recuperación (11.3 por ciento) y los hoteles y restaurantes (-47.1 por ciento) encabezando los sectores más castigados por la pandemia.
Aún así, el Gobierno intenta ver el vaso medio lleno y ha destacado este miércoles que la actividad económica "logró recuperarse en la segunda parte del año" y en diciembre se ubicó en niveles superiores a los de marzo, cuando llegó la pandemia, y solo un tres por ciento por debajo del "nivel pre-covid" de febrero.
El índice de diciembre (136.4 unidades en la serie estadística sin estacionalidad), de todos modos, deja a Argentina en niveles de actividad similares a los de 2010, confirmando que el país ha transitado una "década perdida".
REBOTE EN 2021
Con los resultados registrados en 2020 y tras la caída del PIB del 2.5 por ciento en 2018 y del 2.2 por ciento en 2019, Argentina ha sumado tres años en recesión.
Sin embargo, tanto el Gobierno como los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central argentino para su informe de expectativas coinciden en proyectar una recuperación del 5.5 % para este año, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé para la economía argentina una expansión del 4.5 % para 2021.
"Luego de tres años consecutivos de contracción en el PBI, en el año en curso es probable que volvamos a anotar un período de crecimiento, principalmente por el importante arrastre estadístico que deja el año que terminó, a lo que hay que sumar la mejora en la actividad de nuestros principales socios comerciales", dijo la consultora Orlando Ferreres en un informe.
Con todo, la firma reparó en ciertos focos de "incertidumbre" y, en este sentido, señaló que un acuerdo con el FMI para refinanciar deudas por 45,000 millones de dólares y "un programa macroeconómico creíble que apunte a la consolidación fiscal podrían apuntalar una recuperación más sólida".