Sembrando Vida podría haber incentivado la pérdida de más de 70 mil hectáreas de cobertura forestal en México en 2019, su primer año de operación. (ARCHIVO)
Sembrando Vida podría haber incentivado la pérdida de más de 70 mil hectáreas de cobertura forestal en México en 2019, su primer año de operación. Así lo estableció el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en una evaluación independiente del programa presentada en marzo pasado, donde se especificaba que sus estrategias tuvieron un impacto negativo en la cobertura forestal y en las metas de mitigación de carbono; sin embargo, este programa fue una de las grandes apuestas en la COP26 y defendido por el presidente Andrés Manuel López Obrador como el más importante de reforestación a nivel mundial.
La vigesimosexta Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (COP26), a punto de concluir en Glasgow, ya es vista como la última oportunidad desperdiciada para luchar contra los efectos climáticos. Los 197 países que forman parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático aún discuten, sin gran avance, varios artículos del Acuerdo de París, cuyo objetivo es mantener el calentamiento global este siglo por debajo de 2°C, mientras siguen los esfuerzos para que permanezca por debajo de 1.5°C.
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México ni siquiera lo firmó de inicio y lo hizo hasta que hubo una reacción de la comunidad ambientalistaCon el aumento a 1.5°C, la pérdida de la biodiversidad sería grave; pero si ascendiera a 2°C, el problema sería irreversible por la desaparición de especies de plantas, animales, insectos, e incluso se proyecta la muerte de casi la totalidad de los arrecifes de coral. Para evitar esto se buscan medidas necesarias para reducir las emisiones para 2030 hasta alcanzar el cero neto a mediados de siglo.
Hace una semana, más de 100 líderes mundiales reafirmaron sus compromisos en la COP26 para detener y revertir la pérdida forestal y la degradación de la tierra para 2030. Anaid Velasco, Gerente de Investigación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), señala que la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra (2021) se basa en la Declaración de Nueva York sobre los Bosques (2014). El acuerdo de reforestación al que se adhirió recientemente México es una actualización del acuerdo efectuado en EU que hablaba de reducción de emisiones, restaurando la cobertura forestal.
Este compromiso se está refrendando y coincide con Sembrando vida, pero la especialista puntualiza que no significa que este acuerdo haya sido inspirado por el programa lanzado por el gobierno actual, tal como lo señaló López Obrador. “Es interesante ver cómo se alineará la aplicación de este acuerdo con Sembrando Vida porque el enfoque de este programa no es de restauración forestal. Se trata de un programa con la intención de revitalizar el campo y de paso obtener algunos efectos ambientales, pero no son su principal objetivo”. Por otro lado, destaca que hay diversos estudios científicos sobre la metodología de Sembrando Vida que han demostrado que no es la mejor para implementar en términos ambientales porque lo que ha ocasionado es pérdida de cobertura forestal nativa.
“Si la apuesta para reforestar el país es Sembrando Vida, se tiene que cambiar la metodología y hacer más transparente el manejo de recursos e indicadores. Se deben hacer estudios de la mano de autoridades locales de las especies que puedes promover. En materia forestal, el otro tema es el seguimiento, pues se pueden sembrar un millón de árboles y eso queda asentado, pero no se sabe cuántos realmente sobreviven porque con cambios de administración no hay seguimiento”. Otro reto es el reporte de presupuesto en el sector ambiental.
METANO: DEL DICHO AL HECHO
Según el Informe sobre la brecha de las emisiones del 2020 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la pandemia desencadenó una ligera disminución a corto plazo del dióxido de carbono, pero algunos contaminantes como el óxido nitroso y el metano se mantuvieron al alza. Se calcula que 68% de las emisiones globales vienen de sólo 10 países. México ocupa el onceavo lugar y contribuye con 1.68%. Las principales fuentes de emisiones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el país son: transporte, generación de electricidad y actividad industrial.
La COP26 ha subrayado la importancia del metano, un poderoso gas de efecto invernadero que provoca al menos una cuarta parte del calentamiento climático actual. Su importancia radica en que su poder de calentamiento es 80 veces mayor al CO2, pero se descompone más rápidamente, por lo que su control podría agilizar plazos para disminuir la concentración de los GEI. La última Evaluación Global sobre metano efectuada por al Programa de la ONU afirma que las emisiones de este peligroso gas causadas por el hombre podrían reducirse hasta 45% durante la próxima década y esta disminución evitaría casi un 0.3°C de calentamiento global para 2045.
Hace una semana, el PNUMA lanzó un nuevo Observatorio que busca impulsar acciones para disminuir las emisiones de metano a la atmósfera. En la Cumbre se llegó a un acuerdo firmado por 103 países que se compromete a reducir un 30% en 2030 las emisiones de este gas. Los 103 países que han firmado este acuerdo suponen el 70% de la economía mundial y son responsables de casi la mitad de las emisiones antropogénicas de metano.
México también firmó el acuerdo, pero hay dudas sobre cómo logrará bajar este tipo de emisiones. Velasco señala que mediante la Declaración de Líderes de América del Norte sobre la Alianza del Clima, Energía Limpia y Medio Ambiente, firmada en 2016, nuestro país se comprometió a reducir sus emisiones de metano en los sectores de petróleo y gas entre 40% y 45% para 2025. En la COP26, nuevamente busca comprometerse, pero la realidad es distante. “México es de los primeros que se suma al llamado global, pero el reto al interior del país es muy grande; ya en 2018 se habían publicado disposiciones para medir y reducir el metano en el sector de hidrocarburos y el año pasado se pospuso su aplicación”. Velasco apunta otro tema importante: estudios han comprobado que no estamos midiendo bien cuánto se está generando de metano.
Señala que las disposiciones dentro de la reducción de emisiones también contemplaban un plan operativo para detección y manejo de fugas para capturar el gas y utilizarlo en otras actividades productivas, pero están retrasadas esas disposiciones. “Desde hace cinco años hay intención de hacer una Norma Oficial Mexicana para resolver el tema de fugas en la generación de energía eléctrica de ciclo combinado porque el gas natural utilizado genera fugas de metano. Hasta hoy la norma sigue como anteproyecto”.
GRANDES COSTOS
Las olas de calor, sequías, tifones y huracanes causan daños en todo el mundo, costando a la economía global más de 500 mil millones de dólares al año. Frente al compromiso de apoyo económico por parte de los países desarrollados, Velasco explica: “Algunos países han alcanzado bonanza económica a costa de mayor contaminación; han generado muchas emisiones de gases de efecto invernadero, así que prometieron otorgar 100 mil millones de dólares a países en desarrollo para que implementen medidas de mitigación y adaptación. La idea es transferir recursos para tecnologías de energías renovables o para que puedan elaborar atlas de riesgo o tener infraestructura verde”.
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En vista de los números, no ha resultado en MéxicoEl dinero se tenía que haber transferido el año pasado, pero no se hizo porque se pospuso la cumbre y tampoco se podrá hacer de manera inmediata debido a la contracción económica por la pandemia.
“Esos recursos se usarían según cada país. En México se pensaría que se utilizarán para fortalecer el programa Sembrando Vida y para las funciones de adaptación que tiene México: atlas de riesgo de municipios vulnerables, fortalecimiento en el tema de gestión integrada de cuencas, proyectos de carbono azul. Sin embargo, la pregunta es con qué cara exigimos el financiamiento, si no estamos cumpliendo con nuestra parte de reducción de emisiones”, comenta Velasco y destaca que los puntos positivos de la Cumbre es que las firmas son visibles a nivel internacional y se hacen exigibles a nivel nacional; pero también hay mucha resistencia de países desarrollados que no asumen su responsabilidad.