El número de suicidios registrado en los primeros meses de la pandemia de coronavirus se mantuvo estable o, incluso, cayó ligeramente en países de ingresos altos y medios-altos, si bien las autoridades deben vigilar el impacto que tendrá la crisis sanitaria sobre la salud mental a largo plazo. (ARCHIVO)
El número de suicidios registrado en los primeros meses de la pandemia de coronavirus se mantuvo estable o, incluso, cayó ligeramente en países de ingresos altos y medios-altos, si bien las autoridades deben vigilar el impacto que tendrá la crisis sanitaria sobre la salud mental a largo plazo.
Estas son las principales conclusiones de un estudio publicado este martes por The Lancet, en el que expertos de la Universidad de Melbourne (Australia) compararon cifras de suicidios ocurridos en 21 países entre el 1 de abril y el 21 de julio de 2020 con datos de los cuatro años anteriores.
Este trabajo de observación, el primero que aborda esta cuestión, según sus autores, aporta evidencias concretas sobre los efectos de la pandemia en sus primeros meses, pero advierten de que retrata un periodo breve y que su impacto sobre la salud mental no es siempre inmediato.
"Es necesario que sigamos vigilando la cifras y que estemos alerta ante cualquier incremento de suicidios, sobre todo a medida que se manifiestan todas las consecuencias económicas de la pandemia", expone en un comunicado Jane Pirkis, principal autora del estudio.
En su opinión, las autoridades deben reconocer la importancia que tienen estos tipos de trabajos, con "datos actuales y de alta calidad", para "apoyar políticas de prevención de suicidios".
"También deben trabajar para mitigar los factores de riesgo de suicidio asociados a la COVID-19, como el aumento de los niveles de estrés y los problemas económicos que algunas personas experimentan como consecuencia de la pandemia", señala Pirkis.
Los expertos prevén que los efectos que tendrá la pandemia sobre la salud mental "podrían variar entre países y dentro de cada país", dependiendo de factores como la duración de la crisis, los programas de prevención de suicidio disponibles o la "fortaleza de las medidas de alivio económico".
Por ello, indican que los países con ingresos bajos o medios-bajos, donde se registran el 46 % de todos los suicidios en el mundo, podrían haberse visto más afectados a este respecto durante los primeros meses de la pandemia.
No obstante, aclaran, no se han incluido en este estudio porque la mayoría de esos países no disponen de "sistemas de registros de suicidios de buena calidad" y "muy pocos recopilan datos en tiempo real".
Así, su trabajo se centró en 21 países y regiones (16 de ingresos altos y 5 de medios-altos), que incluyó también datos nacionales de 10 países y cifras de 25 áreas específicas de 11 países.
En este contexto, constataron que no hubo un aumento de los suicidios en los primeros meses de la pandemia en ninguno de los países analizados, mientras que en 12 áreas la incidencia de casos, de hecho, disminuyó.