La mujer de 31 años asegura que el nacimiento de Leia es el mejor regalo que pudo recibir para este Día de las Madres.
Alejandra Estrada supo que estaba embarazada por cuarta vez a mediados del año pasado, justo cuando la pandemia por el COVID-19 se intensificaba en La Laguna de Coahuila y la cifra de hospitalizados rebasaba los 190 pacientes con sospecha y confirmación de SARS-CoV-2.
Con la emergencia sanitaria, cambió su proceso de embarazo y reconoce que hubo momentos de estrés, ansiedad y temor por contagiarse de COVID-19 y desarrollar un cuadro grave de esta enfermedad. Aunado a ello y con las medidas de confinamiento, la mujer de 31 años de edad dice que se incrementó la carga de trabajo no remunerado en el hogar.
El cuidado de sus hijos Valentín, de 15 años; Julia, de 12; y Megan; de 6; y las tareas domésticas recayeron principalmente en ella, al tiempo que tenía que acudir a sus citas de control prenatal para asegurar un embarazo saludable. Alejandra no tiene un empleo formal y su esposo, Édgar, es chofer foráneo. "Fue bien difícil tenerlos a todos en casa, y luego con las clases en línea más todavía, estar con los chiquillos ahí, sí es difícil pero pues ahí como quiera uno se acomoda", comentó.
Después de casi nueve meses, Alejandra ingresó a las 5 de la tarde del pasado miércoles al Hospital General de Torreón ya que comenzó con dolores de parto.
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La asociación Matatena atiende casos de embarazos en niñas y adolescentesLa pequeña Leia Renata llegó al mundo a la 1:50 de la tarde del jueves 6 de mayo. Pesó 3 kilos 500 gramos. Su madre cuenta que esta vez el nacimiento de la niña fue totalmente distinto. Parir en tiempo de pandemia fue más difícil. En todo el parto tuvo que usar cubrebocas, lo que dificultó su respiración, en medio del dolor por las contracciones.
"Sentí un alivio cuando salió, lloré y le di gracias a Dios porque mi niña estaba bien. Me bajé poquito el cubrebocas para darle el beso, estar con el cubrebocas todo el tiempo si fue bien fastidioso porque tienes que estar respirando por la boca y como que te sofocas".
Aunque dice que su cuarto embarazo no fue planeado, la mujer no duda en decir que el nacimiento de Leia Renata representa una ilusión además de que es el mejor regalo que pudo recibir para este Día de las Madres. Ser mamá es lo más maravilloso que le dio Dios y la vida y asegura que sin importar el cansancio que a veces pueda llegar a sentir, el amor por sus cuatro hijos puede superar cualquier obstáculo. "Es bonito ser mamá porque ya uno no está tan solo y aprendes mucho de los niños, se disfruta mucho, yo me siento muy feliz".
Alejandra y su esposo decidieron cerrar la fábrica y tras el alumbramiento de la pequeña, ella se sometió a la salpingoclasia, un método anticonceptivo quirúrgico que se usa habitualmente en mujeres que no desean más embarazos. La feliz mujer regresó a casa ubicada en el fraccionamiento Santa Fe y dice que este 10 de mayo, celebrará su día en casa y acompañada de sus seres queridos.