El hombre duerme en un colchón en el camellón del bulevar José Santos Valdés. (EL SIGLO DE TORREÓN / Mary Vázquez)
Regresó a Matamoros con la esperanza de "arreglar" para que le puedan dar su pensión, pero vive como indigente, pues primero se le permitía pernoctar afuera de un negocio de venta de pollos y cuenta que por algunas diferencias que tuvo prefirió establecer su morada en el camellón del bulevar José Santos Valdés.
"No le puedo ganar a este pin… Gobierno para que me den mi pensión", dice Alejandro Méndez Martínez, de 58 años, a quien se le conoce con el sobrenombre de "El Borrado".
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óvenMatamorenses que participaron en los Juegos Nacionales PopularesJusto al lado de un monumento colocó un colchón, que dice un taxista le regaló, y en días pasados, que la temperatura descendió, una joven le regaló una chamarra, en tanto que otras personas le llevaron cobijas. Se observa una reja de plástico, que utiliza como mesa, así como algunas latas y comida.
Las personas que a diario pasan por esa vía de circulación ya lo identifican, pues pide dinero en el semáforo que se encuentra a escasos metros de la calzada Lázaro Cárdenas. Tienen dificultad para caminar y se apoya con una muleta, pues dice que un automóvil "lo aventó", incluso todavía se observan los raspones que tiene en el rostro.
"El Borrado" comparte que es originario de Ciudad Constitución, Baja California Sur, pero llegó hace algunas décadas a La Laguna para trabajar en una empresa de ingeniería eléctrica, la cual se encuentra en Valle del Guadiana, en el Parque Industrial de Gómez Palacio.
"Soy electricista y me tocó trabajar cuando construyeron las Sorianas, también la de aquí de Matamoros, luego anduve trabajando mucho tiempo con José Luis Uribe, La Vaquita, el que fue regidor, el de las Meloneras, allá en Saucillo (Viesca)".
Comparte que la razón por la que no ha podido "arreglar" su pensión es porque tiene varios números de Seguro Social, pero no tiene forma de pagar a alguien que lo asesore para regularizar su situación.
Se le pregunta por su familia y la razón por la que terminó viviendo en la calle y el señor dice que tiene un hijo que se llama Alejandro, como él, y sus "cuatas"; incluso platica que ya había regresado a su lugar de origen, pero decidió regresar a Matamoros para "hacer la lucha" y tramitar su pensión.
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"Me regresé hace tres meses, estaba en La Paz, Baja California, porque ando peleando mi pensión, pero no le puedo ganar al pin... Gobierno. Con un solo número de seguro tengo 333 semanas cotizadas", reitera.
También se le pregunta si alguna autoridad le ha hecho el ofrecimiento para llevarlo al albergue, por la temporada invernal, o que lo traten de obligar a que se retire del lugar, pero dice que los policías no se lo llevan, pues ya lo conocen, y que no, que no quiere que lo lleven a algún albergue, pues con las monedas que le dan subsiste y con el frío, pues "ahí la va pasando".