Las mujeres tomaron la decisión de formar una familia y el 22 de octubre de 2019 nació su hijo Julen. (CORTESÍA)
Después de cinco años de relación amorosa, el sábado 1 de abril de 2017 Mayra y Angélica contrajeron nupcias por la vía civil en Torreón, Coahuila, convirtiéndose en abanderadas de un movimiento social que por años había luchado por la aprobación del matrimonio civil igualitario.
Una fotografía del día de su boda las muestra abrazadas y con una sonrisa, portando sus vestidos en color blanco y sus ramos de flores que para ellas, representaron los anhelos de un futuro hermoso. No podían faltar los anillos de bodas, grabados con la inicial de cada una y, en su mente, aún permanece intacto el momento más romántico de su boda: su primer baile como esposas y de fondo el tema 'Quiero estar' del cantautor Édgar Oceransky que entre sus letras dice "Quiero estar cuando la vida se complique, cuando todo salga mal, quiero estar cuando los sueños que persigues se te quieran escapar…"
"Fue todo muy emotivo, fue muy emocionante, muy bonito. En el vals todo mundo estaba llorando, esa canción es nuestra historia, nos la estábamos cantando mutuamente y de repente nos reíamos, ese fue el momento más bonito de mi boda. Fue como: 'estoy en frente de todos, estoy bailando, estoy besando ahora a mi esposa, están mis papás que al principio se negaron, para mí era un sueño. Yo quiero envejecer con ella, es el amor de mi vida y somos un equipo", relató Mayra.
La firma del acta matrimonial formalizó una historia de amor que había comenzado desde años atrás, cuando se conocieron en el municipio de Monclova. La relación siguió su curso pese a los mandatos sociales y estereotipos de género. Al principio, hubo rechazo y actos de discriminación por su orientación sexual. Mayra se alejó de su familia por un tiempo y se refugió en Angélica de quien se enamoró profundamente. Dice que "salir del clóset" afectó principalmente sus padres a tal grado que tuvieron que pasar dos años para que asimilaran y aceptaran su orientación sexual.
Después de ese proceso, cuenta que su papá que falleció en octubre del año pasado, su mamá y su abuela Eva de 70 años de edad asumieron un rol importante en su vida y poco a poco se convirtieron en sus pilares de apoyo emocional y seguridad.
Angélica es originaria de Laguna del Rey del municipio de Ocampo, en Coahuila, entidad que en septiembre de 2014 legalizó los matrimonios entre personas del mismo sexo. Mientras que Mayra creció en Durango capital, uno de los estados que se ha caracterizado por ser conservador y donde la iniciativa del matrimonio igualitario se ha mantenido en la congeladora.
NACIMIENTO DE JULEN
Después de cristalizar su matrimonio, Mayra y Angélica tomaron la decisión de formar una familia y someterse a la inseminación casera. En ese entonces pensar en una clínica de fertilidad era demasiado costoso por lo que optaron por dicho método. En octubre de 2018, Mayra perdió a su bebé, justo cuando tenía 18 semanas de embarazo. "Fue el trago más amargo como pareja y familia, aunado a todos los comentarios negativos que recibimos, había comentarios hirientes de gente que no era de la familia".
Después de ese episodio, volvieron a intentarlo y el procedimiento de inseminación directamente desde casa resultó exitoso. El 22 de octubre de 2019 nació Julen. Mayra dio a luz en un hospital de Durango capital pero con varias restricciones. En el certificado de nacimiento de esa entidad, ella figuró como madre soltera, motivo por el cual la pareja se tuvo que trasladar al estado de Coahuila para registrar oficialmente a Julen como hijo de ambas y ofrecerle el reconocimiento jurídico de su identidad.
'IGNORANCIA SE COMBATE CON INFORMACIÓN'
En la actualidad, la joven pareja vive en el estado de Durango pero Angélica no pudo afiliar a Julen ante el Seguro Social porque en el territorio duranguense las leyes son distintas a las de Coahuila. Por ello, fue Mayra a través de su empleo quien pudo incorporar al menor a la seguridad social.
Pese a las adversidades, para la familia Medina Castañeda, el nacimiento de Julen fue una emoción desbordada. El pequeño trajo alegría, ilusión pero también una gran responsabilidad.
"La ignorancia se combate con información, así como abuelita de 70 años pudo cambiar su pensamiento, yo creo que cualquier persona que tenga la intención puede hacerlo. Lo importante es que nos vean, somos personas con trabajos normales, con vidas normales; mi hijo ahorita está bien, es un niño feliz, no le estoy haciendo un mal. Lo importante siempre va a ser hablar las cosas, él sabe que tiene dos mamás pero también sabe que hay papás. El secreto es no hacer diferencias de ningún tipo".
Para la feliz pareja, este Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ representa un acto de liberación y un momento para visibilizar la lucha por la igualdad y la dignidad de la comunidad. También se trata de un día para "decir no a la violencia y ala discriminación y para recordar que aunque el camino es largo, debemos de seguir movilizándonos en defensa de los derechos de la comunidad".