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La Agencia Internacional de la Energía (AIE) urgió este lunes a los europeos a reducir ya el consumo de gas para poder pasar el invierno porque las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes, incluso si Rusia restablece este verano el suministro por el gasoducto Nord Stream 1, lo que no está asegurado.
Su director ejecutivo, Fatih Birol, propone cinco medidas de urgencia dirigidas a la industria, al sector eléctrico y gasístico y a los gobiernos de la UE para que coordinen su acción, pero también a los consumidores para que reduzcan la temperatura de la calefacción y suban la del aire acondicionado.
"Si no se aplican este tipo de medidas ahora, Europa estará en una posición extremadamente vulnerable y podría afrontar cortes y reducciones mucho más drásticos más adelante", avisa Birol en un mensaje emitido en una semana en el que los Veintisiete tienen previsto adoptar una posición común ante el desafío de los cortes del suministro ruso.
A su parecer, Europa tiene que hacer ahora "todo lo que pueda" para reducir el riesgo de cortes y racionamientos en invierno "cuando sus ciudadanos más vulnerables son los que menos pueden permitirse prescindir de él", y eso sin abandonar el rumbo de la transición energética.
Para ello, Birol propone cinco puntos de acción:
- Establecer plataformas de subastas de gas para incentivar una reducción de la demanda de la industria.
- Minimizar el consumo de gas para generar electricidad, por ejemplo recurriendo temporalmente como alternativa a centrales de carbón, de petróleo y a las nucleares.
- Mayor coordinación entre los operadores energéticos de toda Europa pare reducir los picos de consumo, ya que es entonces cuando más se utilizan las centrales de gas para producir electricidad
- Disminuir el consumo de los particulares con normas y controles para el aire acondicionado, para lo que las administraciones tienen que ser ejemplares.
- AIE igualmente pide armonizar los planes de emergencia tanto a nivel nacional como europeo, incluyendo los cortes de suministro y los mecanismos de solidaridad.
Rusia ha suspendido desde comienzos de mes los envíos de gas por Nord Stream 1, el principal gasoducto que suministra a Europa, teóricamente por labores de mantenimiento, que deberían reanudarse a partir del próximo día 21.
En caso de que Rusia restableciera el suministro entonces y lo mantuviera con los bajos volúmenes que había impuesto en los últimos meses y cerrara totalmente el grifo al inicio de la temporada de calefacción el 1 de octubre, la AIE considera que la UE tendría que haber llenado sus reservas de gas al menos al 90 % en otoño, y aun entonces podría faltarle al final del invierno.
Birol reconoce que se ha progresado en la búsqueda de gas de otros países productores, "pero no es suficiente" y hay que actuar sobre todo por el lado de la demanda.
Según sus cálculos, en ese escenario harían falta un ahorro adicional de unos 12 mil millones de metros cúbicos durante los próximos tres meses, lo que equivale a la carga de unos 130 barcos de los que transportan gas natural licuado (GNL).
La agencia no descarta la posibilidad de que Moscú corte totalmente el suministro de gas a Europa, entre otras cosas porque paradójicamente, sus ingresos por la venta de petróleo y gas se han disparado desde el comienzo de la invasión en Ucrania.
Las sanciones que han impuesto los occidentales no han conseguido hasta ahora lo que pretendían: Entre marzo y julio Rusia ha ingresado 95 mil millones de dólares por la venta de sus hidrocarburos, casi el doble de lo que obtenía en años precedentes.
Por eso Birol subrayó que, dado el cojín financiero que ha constituido Rusia y la tentación de utilizarlo políticamente, los líderes europeos tienen que estar preparados para un cierre completo de los grifos del gas.
"Este invierno -concluye- puede convertirse en un test histórico para la solidaridad europea con implicaciones que van mucho más allá del sector de la energía".