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El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió que su gobierno no dejará a los ciudadanos con frío o incapaces de pagar sus facturas de energía, pero reconoció el jueves que su país enfrenta desafíos considerables en los próximos meses.
El aumento de los costos del combustible provocado por la guerra de Rusia en Ucrania ha ejercido una gran presión financiera sobre muchos habitantes en Alemania y más allá, lo que genera preocupaciones sobre un posible invierno complicado.
“Haremos todo lo posible para ayudar a los ciudadanos a superar este momento difícil”, dijo Scholz a los periodistas durante su conferencia de prensa anual de verano en Berlín.
Citó numerosas medidas que el gobierno ya adoptó para aliviar las dificultades financieras de los alemanes y asegurar suministros de energía alternativos para reemplazar al petróleo, carbón y gas rusos.
Cuando se le preguntó si temía que la frustración pudiera convertirse en protestas violentas, Scholz lo descartó y citó la fuerte tradición alemana de bienestar social.
Pero el canciller reconoció que habría “muchas demandas” durante el invierno mientras el país trata de reconciliar la escasez de energía con los viejos planes para eliminar gradualmente la energía nuclear y el uso de combustibles fósiles.
El gobierno ha dado luz verde a las empresas de servicios públicos para reactivar las centrales eléctricas de petróleo y carbón cerradas como parte de los esfuerzos para reducir la dependencia del país del gas natural ruso.
Scholz dijo que el gobierno también está considerando extender la vida útil de las tres plantas nucleares restantes del país más allá de fin de año, mientras toma medidas para aumentar masivamente la generación de energía renovable a corto y mediano plazo.
“Lo más importante que podemos hacer para lograr la soberanía (energética) en el futuro y al mismo tiempo hacer lo necesario para nuestro futuro económico es expandir las energías renovables y proteger el clima”, indicó.