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El presidente Andrés Manuel López Obrador escaló la tensión con España tras señalar que su Gobierno "hará una pausa en las relaciones bilaterales", luego de acusar a compañías de la nación europea de incurrir en robos; pese a ello, descartó la ruptura de los lazos diplomáticos.
López Obrador se pronunció de esta manera en su conferencia matutina de ayer tras señalar que "ahora no es buena la relación", por lo que aseguró que "nos va a convenir a los mexicanos y a los españoles".
El titular del Ejecutivo sentenció con un "no queremos que nos roben", tras denunciar que en gobiernos anteriores hubo un "contubernio" y una "promiscuidad económica, política" entre México y España.
En ese sentido, el presidente abrió la posibilidad de que "mejor cuando cambie el gobierno ya se restablecen las relaciones".
Las declaraciones del presidente tomaron por sorpresa al Gobierno español, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que verificará las declaraciones, pues detalló que "se han producido en un entorno informal y no responden a una posición o un comunicado oficial".
En cualquier caso, el jefe de la diplomacia española planteó: "Habría que preguntar al presidente Obrador qué ha querido decir", tras subrayar que sus palabras de este miércoles se contradicen con sus últimas declaraciones sobre la relación con la nación peninsular.
Albares sostuvo que "el Gobierno de España no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una declaración".
Para Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México y especialista en Relaciones Internacionales, la declaración del presidente es resultado de una frágil relación bilateral, la cual ha estado plagada de altibajos.
Recordó que los lazos diplomáticos pudieron verse estabilizados tras la muerte del dictador Francisco Franco y la instalación de la república en España; sin embargo, puntualizó que, a su punto de vista, "sí se les pasó la mano a Repsol, Iberdrola, OHL, en sus relaciones como contratistas" con el Gobierno mexicano.
El también columnista de esta casa editorial puntualizó que "esos contratos tienen problemas", y que "ahí está el nudo del problema, pero tenemos una relación formal".
En ese sentido recordó que el retraso en el beneplácito del exgobernador Quirino Ordaz como embajador es un mensaje de que se "está resentido de no tener los contratos con España".