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El semanario The Economist analizó la situación de seguridad en México en un artículo publicado el pasado 1 de septiembre.
Recordó que el presidente López Obrador dijo que el crimen se ha reducido "es un país de tranquilidad, en paz, la violencia se ha limitado a unas pocas regiones". Fuentes oficiales y su último informe aseguran una caída en la cifra de homicidios y secuestros desde que asumió la Presidencia al final de 2018.
Lo anterior contrasta con los hechos ocurridos en agosto pasado, cuando presuntos grupos criminales realizaron bloqueos, agresiones armadas y quema de autos en varios estados, dejando al menos 260 muertos. Las entidades afectadas fueron Baja California, Guanajuato, Jalisco, Colima y Chihuahua.
"México ha sido por largo tiempo un lugar violento. Su posición entre las plantaciones de coca en Colombia, Perú y Bolivia y los consumidores de drogas de los Estados Unidos lo hacen un centro natural para el crimen. El flujo de de armas desde el vecino del norte no ayuda. Al menos 200 mil armas son introducidas ilegalmente al país cada año, según algunos estimados", contextualiza la revista.
Mientras la cifra de homicidios ha disminuido un 3.4 por ciento entre 2020 y 2021, dice The Economist, otros delitos como las desapariciones han aumentado al pasar de un promedio de 8 cada día en el sexenio de Calderón a 25 en el gobierno actual.
El costo de la violencia en México, según estimaciones del centro de pensamiento Instituto para la Economía y la Paz, fue de 243 mil millones de dólares en 2021.
Todo ello, en parte a la ampliación de negocios ilícitos que los grupos del crimen ocupan, tales como el tráfico de personas, robo de combustible y el control de mercados del aguacate, las tortillas y el pollo en algunos estados.
Además, la revista critica las políticas tan variadas del gobierno federal que por un lado usa en el discurso el "abrazos no balazos", junto a programas de apoyo para los jóvenes y a su vez ha aumentado el despliegue de militares en las calles, superando las cifras de Calderón y Peña Nieto.
Mientras el presupuesto destinado al Ejército ha aumentado, en parte para destinarlo a la construcción de obras; las fiscalías han sufrido recortes, sumado a la aplicación de una ley para que los agentes extranjeros compartan inteligencia con las autoridades mexicanas, lo que consideran podría transmitirse a los grupos criminales.
Sin embargo, en los últimos seis meses el gobierno ha comenzado a realizar "ataques quirúrgicos", en lugar de golpear de forma ciega, según un analista. Por lo que el cambio en la estrategia podría mostrarse.