(EFE)
La Iglesia mexicana inició este domingo una jornada de oración por la paz, convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano para pedir frenar los hechos violentos que se registran en México “y que lastiman a la sociedad”.
En su editorial dominical, Desde la Fe, la Iglesia recordó que desde hoy y hasta el último día del mes estará pidiendo a Dios por las víctimas de violencia, los gobernantes, pastores “y todos quienes habitamos este hermoso país, incluidos quienes hacen el mal”.
“Oraremos, pues, para que la sangre derramada en México, sea la sangre de Jesús que riegue nuestra tierra y la haga fértil para poder emprender un verdadero camino que nos enfile hacia la paz”, precisó la organización.
Durante esta jornada todas las parroquias mexicanas celebrarán misas en memoria de los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados.
Mientras que a partir de mañana y durante el resto del mes, se celebrarán misas en lugares significativos de México “que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta en México”.
Además, dijo que el 31 de julio se pedirá por “la conversión” de todos los victimarios, de quienes dedican su vida a hacer el mal “toda vez que también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración.
Asimismo, expresó su deseo de una apertura al diálogo entre autoridades de Gobierno y sociedad civil “que abone a una estrategia efectiva de pacificación nacional”.
Finalmente, afirmó que “es el momento de actuar” y pidió asumir todos la tarea de construir la paz “desde la familia, desde las aulas, desde nuestras comunidades vecinales y círculos sociales, buscando siempre la unidad nacional”.
En la Ciudad de México decenas de personas se unieron a esta jornada al congregarse en la Estela de Luz, donde colocaron velas en las placas de las víctimas de la violencia y realizaron una misa.
Mientras que en el interior del país, cientos de iglesias se unieron al llamado del Episcopado.
Esta jornada se convoca casi tres semanas después del asesinato de Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín Mora Salazar, de 80, dos sacerdotes jesuitas que intentaron auxiliar y brindar protección al guía de turistas Pedro Palma, quien entró en una iglesia huyendo de personas armadas, por lo cual los tres fueron asesinados en el norteño estado mexicano de Chihuahua.
Los asesinatos de los religiosos han sido condenados por organizaciones civiles y la comunidad jesuita en México, que destacó que al menos siete sacerdotes han sido asesinados durante la administración de López Obrador.
El pasado viernes, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) difundió un video en redes sociales en el que supuestamente su líder, Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como El Mencho, pide a los carteles criminales no meterse con sacerdotes, doctores y profesores en México.
Aunque el presidente mexicano ha prometido que no habrá impunidad en los crímenes de los sacerdotes, gran parte de la comunidad religiosa se ha posicionado contra su estrategia de seguridad pues indican que es insuficiente.
México vive una ola de violencia pues se tiene registro de 33,316 homicidios en lo que va del año, después de los dos años más violentos de su historia, con 34,688 víctimas de asesinato en 2019 y 34,554 en 2020.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad de los mexicanos aumentó del 65.8 %, en diciembre de 2021, al 66.2 % en marzo pasado.