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El congreso del Partido Comunista que gobierna China, y donde se espera que el presidente Xi Jinping sea electo para un tercer quinquenio, comenzará el 16 de octubre, anunciaron las autoridades el pasado martes.
Los congresos se realizan cada cinco años y suelen introducir un nuevo grupo de dirigentes, sobre todo en el todopoderoso Comité Permanente del Buró Político, de siete miembros.
Xi, que también es jefe de Estado y comandante de las poderosas fuerzas armadas, se apartó de la tradición en 2018 para enmendar la constitución del partido y eliminar los límites a la reelección del presidente, convirtiéndose así de hecho en líder vitalicio.
Los dos predecesores de Xi cumplieron dos quinquenios cada uno, pero éste no ha dado señales de entregar el poder y, por el contrario, ha tomado el control de la economía y otros ámbitos antes asignados al primer ministro y otros funcionarios.
El partido, que no tolera la menor oposición, ha desatado la represión sobre personalidades independientes en la economía, la sociedad civil y los círculos religiosos.
Xi ha montado una política exterior asertiva, lo que ha generado preocupación por un posible enfrentamiento con Estados Unidos, tal vez en torno a la democracia autónoma de Taiwán.
Ha librado una amplia campaña contra la corrupción dirigida a sus rivales políticos, reprimido la democracia y las libertades civiles en Hong Kong, supervisado la detención de más de un millón de miembros de la minoría musulmana en la región noroccidental de Xinjiang y aplicado una política de “cero COVID” con gran costo económico y social.
Semejante acumulación de poder ha generado comparaciones con el difunto dictador Mao Zedong al inscribir sus teorías políticas en la constitución y promover un culto de la personalidad por encima de todos los demás líderes chinos.
La agencia noticiosa oficial Xinhua dijo que el Buró Político anunció la fecha del congreso en su reunión del martes.
