(ESPECIAL)
El Banco de Inglaterra intervino el 28 de septiembre en el mercado de deuda soberana a largo plazo del Reino Unido para evitar una potencial venta masiva por parte de los fondos de pensiones, a raíz del arriesgado plan fiscal anunciado por el Gobierno.
El banco central detalla este jueves en una misiva a la comisión del Tesoro de la Cámara de los Comunes por qué decidió en esa fecha lanzar un plan de compra de deuda hasta el 14 de octubre, con una dotación de hasta 65 mil millones de libras (unos 75 mil millones de euros).
La presentación el 23 de septiembre por parte del Ejecutivo conservador de recortes impositivos por valor de 45 mil millones de libras (51 mil 300 millones de euros), sin acompañarlos de una estrategia de crecimiento ni de reducción de la deuda neta, desestabilizó los mercados financieros, con una caída puntual de la libra esterlina y el aumento de la prima de riesgo sobre la deuda pública británica.
Los analistas del banco previeron que, si la inestabilidad persistía y se seguía deteriorando el valor de los bonos de deuda a largo plazo, muchos agentes del mercado, en particular ciertos fondos de pensiones, "se verían obligados a vender grandes cantidades en un periodo de tiempo corto para hacer frente a una creciente falta de liquidez".
Detectaron que un sector particularmente en riesgo era el de los gestores de fondos con un "enfoque de inversión impulsada por pasivos" ("liability-driven investments" o LDI, en inglés), que se apoyan en los bonos de deuda a largo plazo para equilibrar su cartera de inversiones, a fin de poder pagar las pensiones a sus clientes.
Este grupo, de cuya vulnerabilidad algunos inversores ya habían alertado anteriormente, empezó a desprenderse con rapidez de sus títulos ante su depreciación.
El Banco de Inglaterra calculó, según la carta, que el volumen de la ventas podían llegar a los 50 mil millones de libras (57 mil millones de euros), frente a una media habitual diaria de 12 mil millones (13 mil 700 millones de euros).
La entidad temió que, si no intervenía, podría crearse "una espiral" de ventas por contagio en varios sectores que en última instancia causaría "una más amplia inestabilidad financiera" en el país.
El anuncio de la intervención del Banco de Inglaterra tuvo el efecto inmediato de reducir en más de cien puntos básicos la prima de los bonos soberanos a 30 años, apunta en la misiva.
"El Banco actuó para restaurar el funcionamiento del mercado y reducir los riesgos materiales para la estabilidad financiera y el contagio a las condiciones crediticias de los hogares y las empresas del Reino Unido", añade.
La entidad precisa que esta operación de compra de deuda tiene el objetivo de dar tiempo a los gestores de LDI, a los que ahora sigue más de cerca, para "mejorar sus posiciones y su resiliencia ante futuros impactos".
Los LDI, una fórmula particular del Reino Unido, manejan unos 1.5 billones de libras (1.7 billones de euros) y los bonos de deuda soberana representan aproximadamente dos tercios de sus tenencias.
El Banco de Inglaterra, que al realizar su intervención de emergencia pospuso hasta el 31 octubre la venta prevista de los bonos adquiridos en su programa de alivio cuantitativo de 2009, afirma que, una vez la situación esté estable, se desprenderá de los títulos de manera ordenada.