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"Pensar en un árbol acuático es como pensar en un personaje de un cuento de fantasía", así se refiere la WWF a los manglares, esos bosques únicos que viven en aguas saladas, que albergan una amplia biodiversidad, y muchos de los cuales batallan contra un mal que les llega de fuera: la basura.
Por ello, la Unión Europea (UE) en Ecuador escogió la playa y manglar San José, en la provincia de Manabí, para una campaña de limpieza y concienciación sobre la problemática que representa para ese ecosistema la basura y, sobre todo, los plásticos.
Costal en mano y con guantes de protección, delegados de la UE, encabezados por su embajador, Charles-Michel Geurts, así como habitantes de Manabí (la gran mayoría jóvenes), emprendieron el viernes una jornada de limpieza en la playa y el manglar San José, ubicados a un costado de la llamada Ruta del Sol.
Entre el mar y el río hay una playa de unos 50 metros. Allí está el manglar San José con sus dos hectáreas llenas de exuberante vegetación como pifitas y trepadoras, guarumos, balsa, manzano colorado, guayaba, cactus, ceibo, coco y aguacatillo, entre otros.
En la zona habitan, además, piqueros patas rojas y azules, garzas, fragatas, albatros y rabijuncos.
BASURA PROPIA Y AJENA
En el marco de la campaña de sensibilización y activismo oceánico "EU Beach Clean up", organizada por la UE alrededor del mundo, y que en Ecuador cumplió el viernes su cuarta edición, esta vez en Manabí, unos 200 voluntarios recogieron latas, tapas, redes, botellas de plástico, papel, envoltorios de diverso tipo...y hasta neumáticos.
"Salvar el planeta empieza con la lucha contra la contaminación de plástico sobre nuestras playas, océanos y manglares", dijo Geurts a EFE al destacar la importancia de unir esfuerzos mundiales para conservar la naturaleza, pero asumiendo responsabilidades locales e individuales para reciclar y "para disminuir el consumo de plástico", en particular, el de un solo uso.
Y precisamente en la zona, Geurts constató la presencia de plásticos llegados de tierras lejanas a través del mar, pero también otros de consumo claramente local: tenedores, vasos, botellas, "y lo que es preocupante, un montón de plástico antiguo en varios estados de descomposición, lo que hace que la recuperación sea muy difícil".
"Tiene que hacerse a mano, y a veces los dedos son demasiado grandes", para recoger los microplásticos, que contaminan también la cadena alimenticia, advirtió.
CAMBIO CLIMÁTICO
Los manglares desempeñan un papel fundamental en la conservación de diversas especies vegetales y animales (muchas en peligro) y ayudan a frenar el desgaste o erosión de los suelos, fijándolos y evitando que se acumulen sedimentos en las playas.
Producen gran cantidad de materia orgánica, retienen sedimentos, desechos y sustancias tóxicas que se dirigen hacia el mar, y filtran las aguas que abastecen los mantos freáticos.
Los manglares mitigan el cambio climático al absorber gases de efecto invernadero, estabilizan el clima local y son fuente de recursos para las comunidades.
Y pese a su evidente importancia, están afectados por la contaminación, la ocupación de su territorio, el turismo masivo, el calentamiento global y la sobreexplotación de sus recursos.
"Solamente tenemos un planeta, y tenemos que intentar hacer todo lo posible para que todos los ecosistemas, y los ecosistemas marinos que cubre el 70% de la tierra, sean protegidos. En ello nos va la supervivencia, es así de simple y así de dramático", dijo a EFE Luis Gómez Orodea, coordinador general de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID), durante la jornada de limpieza.
En ella participaron niños y jóvenes, como Miguel Vinces, quien declaró a EFE su "tristeza" tras haber constatado la cantidad de basura que había en el lugar.
Tras recolectar gran cantidad de microplásticos "de años", Flor Zambrano, estudiante universitaria, resaltó la importancia de la concienciación, especialmente a las nuevas generaciones, mientras el embajador de la UE extendía la responsabilidad a todos al recordar la frase de Mahatma Gandhi: "Sé el cambio qué quieres ver en el mundo".
"La protección de los océanos, del medioambiente, la lucha contra el cambio climático, empieza con la actitud de cada uno, dentro de un marco legal, que es tarea de los gobiernos", finalizó en medio de ese bosque de árboles aéreos, de esas largas raíces aéreas que flotan al compás del mar, como describe la WWF a los manglares.