Benjamín Arreola siempre ha sido dedicado en cada labor que ha hecho en su vida, y el trabajo en el campo no es la excepción, al contrario, sembrar es su pasión y una tradición que sigue desde hace muchos años.
Y como parte de la práctica, producir flor de muerto cada año le enorgullece y sabe la importancia de los agricultores en la celebración por el día de muertos, "la importancia de hacer esto es conservar la tradición, mi papá lo hacia y... porque regionalmente alguien tiene que cultivarla para poder comercializarla y colocarla en los panteones".
El cempoal, la mano de león y margarita comenzaron a plantarse desde que inició el año, al menos esta última desde el mes de febrero inició su producción, mientras que el cempoal y la mano de león iniciaron en julio y agosto.
A unos días de iniciar con la cosecha, la flor ya se encuentra lista. Benjamín asegura que la calidad del producto que ofrece a sus clientes se debe al cariño con la que labra la tierra y el amor que le dedica a su oficio.
Además, cada año se hace una rotación en el cultivo, el agricultor explicó que cada año la flor debe cambiar de tierra para evitar plagas, fue en esta rotación que se percataron que hay ciertos lugares en donde la flor no alcanza su madurez a tiempo, y precisamente sospechan que es derivado a las lamparas artificiales, "el año pasado ya nos sucedió, la flor no abrió y este año ocurrió lo mismo en algunas partes".
Ya tiene a sus compradores listos, desde que inicia con la plantación comienza a contactarse con sus clientes, para de esa forma plantar las hectáreas necesarias; son los mismos clientes los que acuden a la parcela por los manojos de flor para después distribuirlos.
Pero no siempre recuerda que haya sido así, cuando su padre aún vivía y él le ayudaba, recuerda que salían a otros estados, sin embargo con el paso del tiempo se decidió que ya no saldrían a venderla, y únicamente los clientes podrían acudir al lugar.
Hoy, el manojo de flor ronda en los 20 pesos, cada productor decide si cobrar más, pero lo mínimo es dicha cantidad, claro que los revendedores pueden doblar el precio en el mercado.
EN CONSTANTE TRABAJO
Pero no es lo único que cosecha, todo el año la tierra que fue de su padre y ahora de él, se mantiene en constante trabajo, con acelgas, cilantro, repollo, y otras hortalizas, tanto Benjamín como sus trabajadores de planta pueden hacer lo que les gusta.
Pese a que Benjamín se desarrolló por muchos años como docente, su padre siempre le inculcó el amor por la tierra, por lo que se sintió feliz cuando pudo dedicarse a la agricultura de tiempo completo, "todo lo que hago es inspirado en la memoria de él", por lo que su trabajo actual es una de las cosas más importantes para él.
"Mientras Dios nos lo permita seguiremos trabajando, la flor y la tierra, produciendo hortalizas, es nuestra actividad primordial para tratar de mantenernos activos", finalizó Benjamín.
Benjamín sigue siendo parte de la tradición del día de muertos, cultivando la flor representativa de los altares. (FERNANDO COMPEÁN)
