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El presidente estadounidense, Joe Biden, está "feliz" al ver cómo empleados de Amazon en Nueva York han ganado el pulso al gigante tecnológico y tras meses de lucha lograron este viernes crear el primer sindicato en EE.UU. de la compañía.
"El presidente está feliz de ver cómo los trabajadores se aseguran de que sus voces puedan ser oídas en las decisiones importantes que tengan que ver con el lugar de trabajo", afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.
Recordó que Biden ha apoyado a los sindicatos durante toda su carrera política y afirmó que el presidente cree que "todos los trabajadores en todos los estados deben tener la opción de decidir de manera libre y justa si se unen a un sindicato y si negocian colectivamente con su empresa".
"Los trabajadores de Amazon de Staten Island (Nueva York) han tomado la decisión de organizar un sindicato y negociar por mejores trabajos y una mejor vida", resumió Psaki.
La planta que logró formar el sindicato es la de JFK8, en el distrito de Staten Island, donde trabajan unas 6.000 personas.
En total, 2.654 empleados se posicionaron a favor de organizarse, frente a los 2.131 que se mostraron en contra en la votación, cuyos resultados tendrán que ser confirmados por la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
Amazon es la segunda mayor empleadora de Estados Unidos, solo por detrás de la cadena de supermercados Walmart, y desde el inicio de la pandemia ha disparado tanto su actividad como sus beneficios y ha contratado a decenas de miles de nuevos trabajadores.
La irrupción de la pandemia en 2020 espoleó en Estados Unidos los ánimos de numerosos trabajadores de Amazon y otras grandes compañías del país, como la cadena de cafeterías Starbucks, que denunciaron que sus empleadores no tomaron las medidas necesarias para protegerlos de la covid-19.
Mientras, la compañía fundada por el mutimillonario Jeff Bezos ha invertido gran esfuerzo y dinero en evitar que sus trabajadores se unan con una sola voz para negociar un convenio colectivo, que será el siguiente paso, una vez que se conforme oficialmente el sindicato.
Durante años, sus directivos habían logrado frustrar cualquier intento mediante presiones, acoso y campañas informativas contra el movimiento obrero.