(FERNANDO COMPEÁN)
A finales del siglo XIV, William Shakespeare escribió la que quizá es la historia de amor más apasionante de la literatura: Romeo y Julieta. Los ecos de este relato han traspasado los siglos e inspirado a creadores de distintas disciplinas, entre ellos el compositor ruso P. I. Tchaikovsky.
Se trata de una obra que el músico terminó en 1869, pero cuya versión actual data de 1880. Lleva por subtítulo Obertura-Fantasía y algunos historiadores ligan su composición con la decepción amorosa que Tchaikovsky experimentó tras su relación con la cantante belga Déssirée Artôt.
Romeo y Julieta fue la pieza con la que Camerata de Coahuila cerró su cuarto concierto de la temporada Otoño-Invierno-2022, efectuado la noche de este viernes en el Teatro Isauro Martínez.
Concierto
Fue en punto de las 20:30 horas cuando la tercera llamada dio la señal para el inicio del concierto. El programa apuntó ejecutar en primera instancia la Serenata para cuerdas en Mi mayor del compositor checo Antonín Dvorák, la cual consta de cinco movimientos.
Para esta primera intervención, la orquesta sólo empleó a la sección de cuerdas. Cabe señalar que los músicos salieron a escenario sin los cubrebocas que habían portado en las últimas temporadas.
Tras regresar del intermedio, los músicos se entregaron a la creación de Tchaikovsky. Primero, gracias a la interpretación de Marcha eslava (1866), la cual fue compuesta por el maestro inspirado en un profundo patriotismo ruso.
En esta pieza aparecieron los músicos pertenecientes a la sección de vientos y metales.
Finalmente, Romeo y Julieta, la obra esperada de la noche y considerada la pieza maestra de Tchaikovsky, fue ejecutada para luego recibir el aplauso del respetable.