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Los precios de los alimentos siguen al alza, una inflación agravada por la guerra en Ucrania que ha impactado de lleno en los bolsillos de los consumidores, que para controlar mejor su presupuesto han desarrollado dos estrategias: ir más a la compra y reducir el volumen de la canasta.
En la zona euro, en los diez primeros meses del año los alimentos se han encarecido un 13.9 %, un 15.5 % en términos anuales.
Los datos de las consultoras de consumo ya reflejan estos cambios en los hábitos de compra en los que coinciden países europeos, según los datos facilitados por Nielsen.
Por ejemplo, los españoles visitan los comercios de alimentación un 5,5 % más que hace un año, un porcentaje muy parecido a los vecinos franceses.
Sin embargo, los compradores en Alemania y el Reino Unido han aumentado su frecuencia de compra hasta un 7.3 % y los portugueses hasta un 10 %, mientras que los italianos apenas han cambiado este hábito y apenas han subido un 1.3 % sus visitas al supermercado.
No solo se va más al súper y se evitan las compras de acopio, que conducen a más gastos superfluos, sino que se reduce el número de artículos de la canasta.
En este caso, los españoles echan al carrito un 5.5 % menos de productos de gran consumo, los franceses un 6.6 % y los alemanes un 6.7 %.
De nuevo, son los portugueses los consumidores que más controlan sus compras, pues han reducido un 7 % el número de productos y, además, han conseguido el objetivo de rebajar su tique un 3 %.
Es una cifra bastante parecida a la caída del valor de la canasta de la compra en Francia (-3.6 %), que los británicos la han mantenido (-0.1 %).
Y es que, a pesar de los esfuerzos por controlar y gestionar su presupuesto, el valor de la canasta de la compra en España ha aumentado un 0.8 %, en Italia un 3.2 % y en Alemania un 3.4 %.
En cualquier caso, el modelo de proximidad de España facilita estas compras frecuentes más que en otros países.
MÁS MARCA BLANCA Y MÁS OFERTAS
Coinciden estos hábitos en toda Europa con las recomendaciones de las organizaciones de consumidores que aconsejan una compra meditada, anticipada, comparando precios y preferentemente con una lista hecha para evitar el gasto superfluo, especialmente en campañas más "emocionales" como la Navidad.
De hecho, la organización de consumidores OCU en España ya ha advertido de que ha detectado una subida media del 5.2 % en los alimentos más populares presentes en las comidas y cenas de Navidad respecto a la canasta navideña de 2021, con la lombarda y la merluza a la cabeza, pero a la vez con caída de los precios de angulas o jamón.
Otra de las estrategias más seguidas es la búsqueda de la marca blanca o de distribuidor, generalmente más asequible, que está teniendo un repunte muy importante en los últimos meses.
Ya hay compañías en las que esta marca blanca supone el 52 % de sus ventas, según confirmó por ejemplo el CEO global de supermercados DIA, Martín Tolcachir.
Con todo, la pregunta que queda por resolver es hasta cuándo permanecerá esta inflación alimentaria que ya dura más de lo que se había previsto y que está cambiando las rutinas de los consumidores, una cuestión peliaguda que, de momento, pocos se atreven a responder.