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Al menos 85 palestinos han sido asesinados en Cisjordania este año a medida que las fuerzas israelíes han llevado a cabo redadas nocturnas en ciudades, pueblos y aldeas, lo que las convierte en las más mortíferas en el territorio ocupado desde 2016.
El Ejército israelí asegura que la gran mayoría eran militantes o lanzadores de piedras que ponían en peligro a los soldados. El conteo, del Ministerio de Salud Palestino, incluye a los palestinos que realizaron ataques mortales en Israel.
Pero también incluye a varios civiles, entre ellos una periodista veterana y un abogado que aparentemente condujeron sin saberlo a una zona de batalla, así como jóvenes locales que salieron a las calles en respuesta a la invasión de sus vecindarios.
La duración y frecuencia de las redadas ha puesto en evidencia las tácticas de Israel en Cisjordania, donde casi 3 millones de palestinos viven bajo una ocupación de décadas y los palestinos ven la presencia militar como una humillación y una amenaza.
Las tropas israelíes han operado regularmente en Cisjordania desde que Israel capturó el territorio en 1967.
Israel asegura que está desmantelando las redes militantes que amenazan a sus ciudadanos y que hace todo lo posible para evitar causar daño a los civiles. Los palestinos afirman que las redadas tienen como objetivo mantener el control militar de Israel de 55 años sobre los territorios que desean para un futuro Estado, un sueño que parece tan remoto como siempre, sin negociaciones de paz serias en más de una década.
Israel intensificó las operaciones la primavera pasada después de una serie de ataques mortales realizados por palestinos contra israelíes que mataron a 17 personas, algunos perpetrados por militantes de Cisjordania. No ha habido ataques mortales desde mayo, pero las incesantes operaciones militares han continuado.
El Ministerio de Salud palestino ha informado de 85 palestinos asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes en la Cisjordania ocupada y el este de Jerusalén anexado desde principios de año.
Con cuatro meses restantes de este año, ese ya es el número más alto desde 2016, el final de una ola previa de violencia, cuando 91 palestinos fueron asesinados, según datos anuales compilados por el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem.