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En lo que va de este 2022 hay más personas que han sido diagnosticadas con hipertensión arterial en Coahuila y Durango respecto al mismo periodo del año pasado, según revela el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) en el rubro de las enfermedades no transmisibles.
De enero al 16 de julio de este año, el sistema de salud federal notificó en Coahuila 11 mil 022 nuevos casos de hipertensión arterial y las más afectadas fueron las mujeres con 6,162 casos. Fueron 4,860 hombres. En el mismo periodo pero de 2021, se reportaron 10 mil 57 nuevos casos de hipertensión arterial, de los cuales 5,339 fueron de mujeres y 4,718 de hombres.
En el vecino estado de Durango, este año han sido diagnosticadas 5,710 personas, son 3,325 mujeres y 2,385 hombres. De enero a 17 julio de 2021, fueron 4,568 nuevos casos de hipertensión arterial, entre ellas 2,644 mujeres y 1,924 personas del sexo masculino.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la que aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias, para que circule por todo el cuerpo.
El sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la presión arterial, sube los niveles de glucosa en la sangre, colesterol, triglicéridos y ácido úrico, lo que dificulta que la sangre fluya por el organismo.
Este padecimiento puede detectarse fácilmente midiendo la tensión arterial, en casa o en un centro de salud y a menudo puede tratarse eficazmente con medicamentos de bajo costo, según revela la OMS.
Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad.
Y también existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad superior a los 65 años y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
Es importante mencionar que, la mayoría de personas hipertensas ignoran que lo son, pues la enfermedad no siempre va acompañada de síntomas o signos de alerta, por lo que se dice que mata silenciosamente. Por lo anterior, es necesario medir la tensión arterial periódicamente.
Pueden presentarse síntomas como cefaleas matutinas, hemorragias nasales, ritmo cardiaco irregular, alteraciones visuales y acúfenos. Mientras que la hipertensión grave puede provocar cansancio, náuseas, vómitos, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores musculares. La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional sanitario.
