Una verdadera fiesta se armó al interior del cementerio municipal de Gómez Palacio este Día de Muertos, donde la música de banda y de mariachi invadió el lugar que se vistió de colores con las flores que las familias llevaron a sus seres queridos que descansan en este lugar. Mientras que al exterior se volvió una romería con los puestos de comida, flores, globos y demás atractivos para hacer la visita más llevadera.
Al fondo del camposanto se podía escuchar la música de banda amenizando a la familia de doña Lucy, que cada año visitan a su papá, don Emilio, a quien recuerda “muy bailador”. Es por ello que siempre le llevan un conjunto que les haga recordar aquellos bellos momentos que vivieron a su lado.
“Cada año venimos a visitar a mi papá, hace tres años que mi papá falleció, mi papá se llamaba Emilio y hace tres años que se nos fue, aquí les traemos música porque mi papá era muy alegre, a él le gustaba mucho escuchar música y cada año venimos y les ponemos música y sus flores y nos estamos aquí con ellos”, compartió.
Pero no es el único a quien le llevan música, sino también a su madre Emilia, que aunque no era muy bailadora, siempre estaba junto a su padre.
“El pávido návido”, “Amor de Padre” y otras más, fueron algunas melodías que el conjunto que con sus tarolas, tuba, trompeta, bocina, y su primera y segunda voz, deleitaron a los presentes.
“Todas las fechas especiales que estábamos con ellos, por eso tratamos de continuar para que también que nuestros hijos ojalá continúen con estas tradiciones porque luego se pierden, y es lo que nosotros queremos que nuestros hijos que son las nuevas generaciones, no pierdan estas tradiciones”, dijo con emoción.
Con mariachi
En otro extremo del cementerio se podía escuchar el mariachi. Con melodías como “El Puño de Tierra”, la familia De la Riva hacía la limpieza de la última morada de sus seres queridos y colocaban flores de colores para darles color.
Ana María de la Riva Castañeda contó que como cada año visitaron a sus abuelos Rita y Francisco de la Riva, así como a su tío Jesús de la Riva y a sus padres José de la Riva y Ana Castañeda.
Aunque es una fiesta, Ana comentó que hay momentos de tristeza al recordar su partida. Y es que recientemente ella perdió a su esposo, a quien recuerda con amor.
“Doy gracias a Dios que me prestó a mis padres por buen tiempo, lo veo como una fiesta pero a la vez, aunque no queramos, a veces nos derrumbamos, tenemos un momento de debilidad, que decimos; ‘te extrañamos, no es lo mismo sin ti’, por ejemplo perdí a mis padres y hace dos años perdí a mi esposo, yo me siento sola, y ahorita antes eché la lágrima y les dije ‘me dejaron muy sola’, pero aquí andamos, la vida sigue, y hay que echarle ganas”.
Y es en este lugar en donde la familia suele reunirse sin planearlo pueden pasar meses sin verse y en este lugar ponerse al corriente de lo que ha sucedido en sus familias.
En este mismo lugar recuerdan los momentos más emotivos que vivieron al lado de sus seres queridos, a la vez, que se deleitan con las canciones que ofreció el mariachis y que además, sus familiares que ya no están aquí físicamente, disfrutaron en vida.
“A mi padre le gustaba Puño de Tierra, le gustaba mucho la Penca del Maguey que le dedicaba a mi madre, que a su vez le gustaba Hermoso Cariño, y otras tantas más”, que canciones que no solo deleitaron a la familia, sino a todos los visitantes cercanos que se dieron cita en este fecha en el que recordaron a sus seres queridos que ya descansan en paz.
(FERNANDO COMPEÁN)