(ESPECIAL)
Un tribunal de Moscú condenó hoy a 22 años de cárcel en una prisión de alta seguridad al periodista ruso Iván Safrónov por alta traición, al haber espiado supuestamente para la República Checa.
"Establecer definitivamente para Safrónov una pena de privación de libertad de 22 años en una cárcel de alta seguridad", señaló el veredicto del tribunal urbano de Moscú.
Además, el periodista deberá pagar una multa de 500 mil rublos (8 mil 300 dólares).
El abogado del periodista, Dmitri Kátchev, adelantó que la defensa recurrirá la sentencia.
"Insistimos en la inocencia de Safrónov", indicó a la agencia rusa TASS.
La Fiscalía rusa había pedido 24 años de cárcel para el periodista, también exasesor de la agencia espacial rusa Roscosmos.
Según los investigadores, Safrónov, detenido en julio de 2020, es culpable de dos episodios de alta traición.
La Fiscalía afirma haber recolectado pruebas de las actividades ilegales de Safrónov, quien supuestamente recogió entre 2015 y 2019 información clasificada sobre la cooperación técnico-militar de Rusia con algunas repúblicas exsoviéticas y países de Oriente Medio, África y los Balcanes.
Esta información era entregada "de forma sistemática" a representantes de servicios especiales extranjeros, según la acusación, que cree que Safrónov era consciente de que los datos que suministraba "podían ser utilizados por miembros de la OTAN contra la seguridad de Rusia".
En particular, el periodista es acusado de pasar en 2017 a un representante checo información clasificada relacionada con el suministro de armas de Rusia en África y Oriente Medio.
El destinatario final de esta información, según las autoridades, era Estados Unidos.
Además, el año pasado el reportero, de 32 años, fue acusado de vender información sobre las tropas rusas emplazadas en Siria a los servicios secretos alemanes y a una universidad suiza.
El periodista, que trabajó para los principales diarios rusos como Védomosti y Kommersant, rechaza rotundamente los cargos.
Su detención causó inquietud en el gremio y en organizaciones como Amnistía Internacional (AI), y varios compañeros y periódicos salieron en su defensa con piquetes solitarios -única forma de protesta permitida en Rusia sin autorización previa- y editoriales.
El pasado abril, AI exigió liberar al periodista y denunció la opacidad de la investigación del caso, así como dificultades para la labor de la defensa de Safrónov.