La crisis mostró la vulnerabilidad de Europa después de años de avances limitados para completar una “unión energética” (ARCHIVO)
El aumento de los precios de la energía y el conflicto entre Rusia y Ucrania obligaron a los mandatarios europeos a reflexionar sobre la seguridad energética y, en particular, sobre su dependencia durante décadas del gas natural ruso.
La crisis mostró la vulnerabilidad de Europa después de años de avances limitados para completar una “unión energética”, una meta imaginada en 2015 para permitir que el gas y la electricidad fluyan a través de las fronteras mientras se diversifican los proveedores y se alcanzan los objetivos contra el cambio climático. A medida que las energías renovables como la solar y la eólica avanzan y el carbón y otros combustibles fósiles se eliminan gradualmente, Europa todavía necesita gas natural y depende de Rusia para obtenerlo.
Así quedó de relieve cuando el suministro de gas de Europa cayó y los precios se dispararon, en parte porque Rusia vendió menos gas de lo normal, exprimiendo a los hogares y las empresas con costos al alza.
Con reservas bajas de gas y la preocupación de que una guerra declarada pueda interrumpir los flujos de los gasoductos desde Rusia, la UE se centraba en obtener gas natural licuado, o GNL, por barco desde Estados Unidos, Qatar, Argelia y otros lugares hasta que las energías renovables satisfagan la demanda. Los ecologistas temen que la nueva prioridad a corto plazo haga retroceder los objetivos de Europa de alejarse de los combustibles fósiles.
Si se duplicara la capacidad de las energías renovables se podría reducir la dependencia del gas ruso, afirmó el lunes la comisionada de Energía de la UE, Kadri Simson, pero reiteró que la seguridad energética es fundamental. Un grupo asesor para coordinar la seguridad del suministro de gas de la UE se reunió el martes porque “es importante que los planes de contingencia estén listos para el peor de los casos”, agregó.
La UE de 27 naciones está “del lado seguro este invierno”, pero está haciendo “todo lo posible para deshacerse de esta dependencia”, afirmó el sábado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Acusó al gigante estatal ruso Gazprom de “tratar deliberadamente de almacenar y entregar lo menos posible mientras los precios y la demanda se disparan”.