(ESPECIAL)
Un retorno al uso del carbón y otros combustibles fósiles por parte de varios países para soportar una crisis energética provocada por la guerra de Rusia en Ucrania no debería comprometer los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, dijeron el miércoles funcionarios de las Naciones Unidas.
Sonja Leighton-Kone, funcionaria del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dijo que ser comprensivos con el “impacto” que muchos países están sufriendo no significa que no se pueda lograr el objetivo de un cambio rápido a energías limpias.
"Tenemos herramientas, tenemos voluntad y vamos a tener que encontrar la manera de caminar con equilibrio entre la gestión de una amenaza muy actual, pero manteniendo la vista en los objetivos a largo plazo que tenemos”, dijo Leighton-Kone a Associated Press.
Habló en la 9na Conferencia Ministerial de Medio Ambiente para Europa celebrada en Nicosia, la capital chipriota.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, Olga Algayerova, afirmó que suspender el calendario para cumplir con los objetivos específicos en materia de cambio climático cada vez que surja una crisis energética significaría que nunca se alcanzarían.
“No podemos relacionar todo con la situación que vemos hoy”, dijo Algayerova. “Y si nos limitamos a prolongar y ampliar el plazo... nunca alcanzaremos el objetivo”.
Varios países han dado marcha atrás a sus compromisos de eliminar los combustibles fósiles para la generación de energía a raíz de la guerra en Ucrania, entre ellos Alemania, que decidió en julio reactivar las centrales eléctricas de carbón y petróleo. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que la medida era temporal y que su gobierno sigue comprometido a hacer “todo” para combatir la crisis climática.
El jefe de asuntos climáticos de la ONU, Simon Stiell, señaló el mes pasado que confía en que la vuelta al carbón y al petróleo sea una “regresión temporal” y que los países aceleren su impulso hacia las energías limpias una vez que la crisis disminuya.
Una evaluación medioambiental de las Naciones Unidas ha revelado que los países de una región que incluye a Europa, el Cáucaso y Asia Central siguen emitiendo más gases de efecto invernadero en general porque las reducciones logradas principalmente por los países de Europa occidental se han visto compensadas por los aumentos en el resto de la región.
Al presentar los resultados, Algayerova dijo que el uso de energías renovables aumentó en 29 países entre 2013 y 2017, pero la región sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles para el 78% del consumo total de energía final.
Señaló que las consecuencias del cambio climático, como las inundaciones y las sequías, están afectando tanto la calidad como la cantidad de agua dulce en la región.
“Las conclusiones de este informe deben ser un auténtico llamado de atención para la región. La histórica sequía a la que se enfrentó la región este verano anuncia lo que debemos esperar en los próximos años”, dijo Algayerova.