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Las dimisiones de los primeros ministros de Reino Unido e Italia han puesto en evidencia el delicado estado político que atraviesan los gobiernos europeos bajo un clima de guerra e inflación.
La reciente salida de Mario Draghi del cargo de Primer Ministro se dio luego de que miembros de su incómoda coalición de derecha, izquierda y populistas rechazaran su llamamiento a unirse de nuevo para terminar la legislatura natural y garantizar la aplicación del programa de recuperación de la pandemia financiado por la Unión Europea.
A diferencia de Boris Johnson, quien abandonó el cargo por escándalos relacionados principalmente con las violaciones a las restricciones en la pandemia, la salida de Draghi fue altamente cuestionada debido a que el grueso de la población italiana había realizado un llamado para que siguiera en el cargo.
Los partidos de centro-derecha Forza Italia y la Liga y el populista Movimiento 5 Estrellas boicotearon una moción de confianza en el Senado, en una clara señal de que habían tenido suficiente con los 17 meses de gobierno de Draghi.
Situación similar se dio en Francia, luego del revés en los comicios parlamentarios donde el presidente galo, Emmanuel Macron no logró obtener la mayoría y, sin éxito, los legisladores opositores trataron de aplicar una moción de censura a su gobierno.