Cientos de feligreses acudieron a despedir a obispo emérito de la ciudad de Saltillo, Coahuila.
Cientos de feligreses despidieron el día de ayer al obispo emérito de Saltillo, Francisco Villalobos Padilla, quien el pasado jueves falleció luego de presentar complicaciones en su salud a causa del COVID-19.
Fue alrededor de las ocho de la mañana de ayer domingo que se llevó a cabo la primera misa en la Catedral de Santiago Apóstol, donde cientos de feligreses, sacerdotes, familiares, amigos y conocidos, le dieron el último adiós.
En la misa, la cual se celebró de cuerpo presente, se pudo observar el báculo y sotana que siempre portó Monseñor, así como varias coronas y flores blancas.
Alrededor de las 10:00 horas se celebró una segunda misa y finalmente a las 15:00 horas se realizó la inhumación del cuerpo en la cripta ubicada en la catedral.
Fue el pasado jueves cuando se dio a conocer la muerte del obispo, esto un día después de cumplir 101 años de edad.
El Monseñor Francisco Villalobos Padilla nació el primero de febrero de 1921 en Guadalajara, Jalisco.
Fue desde el 28 de octubre de 1975 cuando tomó posesión como obispo titular de la Diócesis de la ciudad de Saltillo.
El obispo Hilario Gonzáles García lamentó la partida del monseñor Francisco Villalobos.
"La gratitud con el señor, la vida y el ministerio del Monseñor Villalobos, 50 años un poco más aquí con nosotros ejerciendo esta vocación de padre, pastor y de maestro. Hay un gozo espiritual en el sentido de que su vida, su testimonio y ejemplo, va a producir muchos frutos en la iglesia", destacó. Resaltó que es lamentable la pandemia de COVID-19, por lo que es importante cuidarse.
Hilario Gonzáles destacó que la enseñanza más fuerte dejada por el Monseñor fue la entrega diaria que tuvo con la iglesia, al punto de dar su vida a la comunidad.
"Es un ejemplo y testigo de amor de Dios, vivido hasta el último día de su vida", destacó.