(ESPECIAL)
El secretario general de la ONU pidió el jueves que se ponga fin inmediatamente a toda actividad bélica en torno a la planta nuclear del sureste de Ucrania, la más grande de Europa, y advirtió que un daño tendría “consecuencias catastróficas” en la región y más allá.
Funcionarios rusos y ucranianos se han acusado mutuamente de cañonear la planta de Zaporiyia, y el secretario general Antonio Guterres emitió una declaración previa a una reunión del Consejo de Seguridad convocada para las próximas horas.
Se prevé que el jefe de la agencia nuclear de la ONU, Rafael Grossi presentará un informe al consejo.
Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), advirtió que el peligro aumenta día a día en Zaporiyia, situada en la ciudad de Enerhodar, tomada por las fuerzas rusas a principios de marzo, poco después de iniciar la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
Aunque Rusia controla la planta, el personal ucraniano sigue operándola.
La empresa estatal ucraniana que opera la planta dijo que Rusia volvió a cañonear las instalaciones y edificios cercanos el jueves.
“Se registraron cinco (impactos) cerca de la oficina gerencial de la planta, al lado del lugar de soldadura y el depósito de fuentes de radiación”, dijo Enerhoatom en un mensaje en su canal de Telegram. “La hierba se incendió en una zona pequeña, pero afortunadamente no hubo heridos”.
Rusia ha acusado reiteradamente a Ucrania de atacar la planta y ha exhortado a las potencias occidentales a obligar a Kiev a desistir de las acciones militares.
“El cañoneo del territorio de la planta nuclear por las fuerzas armadas ucranianas es altamente peligroso”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, a la prensa el lunes. “Puede tener consecuencias catastróficas para territorios vastos, para toda Europa".