(CORTESÍA)
Entre 1949 y 1957, la Comarca Lagunera atravesó por una terrible sequía. El afluente del río Nazas otorgó poco líquido para las parcelas de la región, por lo tanto, la agroindustria del algodón se vio seriamente afectada. Los empresarios y productores se mostraron en aprietos, era momento de buscar el progreso económico en otras latitudes, empleando como gasolina el capital ya cosechado.
En los 115 años que Torreón cumple hoy como ciudad, el proyecto de modernidad puesto a andar durante la década de los años cincuenta tiene una página especial en el libro de esta urbe. En palabras del historiador Carlos Castañón, debido a los percances climatológicos antes presentados, la economía de la región se trasladó hacia la agroindustria lechera y ganadera.
“Es decir, la caída del precio del algodón, la sequía, la innovación con fibras sintéticas, el surgimiento de nuevas acciones, todo eso provocó que la economía principal de la Comarca Lagunera fuera reconvertida. Estamos hablando de que la crisis nos obligó a reinventarnos como región. Eso es bien interesante porque, lejos de asumirnos en la depresión, en realidad eso provocó que los agricultores locales, los industriales, comenzaron a pensar en otros cultivos redituables, que otras maneras podían ser posibles”.
Pese a la crisis, la década de los cincuenta son años muy interesantes, puesto que hay un gran crecimiento en la ciudad. Esto se vio reflejado en la construcción de grandes edificios: el Hotel Río Nazas y el Cine Nazas en 1952, el Edificio Monterrey en 1953, el Hotel Elvira (Camino Real) en 1954 y el Hotel Calvete en 1958, por citar algunos.
La tendencia se enfocaba a construir de forma vertical en el primer cuadro de Torreón. Además, también existía una seria preocupación por el arte y la estética, hecho que se puede observar en los murales que se encuentran en Hotel Río Nazas y el Edificio Monterrey.
“Hay una paradoja, por un lado se vive una sequía y una crisis del agua, pero por otro hay una diversificación económica de la Comarca Lagunera que se puede palpar en un dato interesantísimo. Fíjate, nada más en el año de 1950, la población de Torreón ascendía a 147 mil habitantes y los de Saltillo solamente 69 mil. Es decir, teníamos mayor crecimiento y mayor desarrollo económico que la capital de Coahuila”.
Además, el historiador asegura que Torreón concentró el mayor flujo de dinero en bancos a nivel nacional, tan solo por debajo de Ciudad de México.
En 1956, como parte de la urbanización del Canal de la Concha para convertirlo en el actual bulevar Independencia, se inauguró el monumento a Miguel Hidalgo realizado por el artista José Chávez Morado.
Aunado a eso, en 1957, Román Cepeda, entonces gobernador del estado, crea la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) y trae a Torreón la Escuela de Medicina y la Escuela de Comercio y Administración, lo cual es un gran aliciente para los jóvenes que buscaban estudiar una carrera profesional en la región.
Torreón cumplió su medio centenario en 1957, pero a causa de la crisis los festejos fueron más modestos que en 1932, cuando se celebró su aniversario número 25.
Pérdida de esculturas
No obstante, los años cincuenta también presentó la las desaparición de ciertos elementos urbanos. Por ejemplo, en 1952, el alcalde Rodolfo González Treviño decidió retirar las esculturas que se adornaban las bocacalles de la avenida Morelos. El edil consideró que, además de “estorbar al tráfico”, se trataba de esculturas “artísticas y pornográficas”, pues estas representaban desnudos femeninos.
“Lo cierto que es que eran esculturas muy bonitas que le lucían a la Morelos, de toque afrancesado. Y pues le quitó una de las pocas cosas bonitas que tenía Torreón en aquella época. La Morelos tenía mucho lustre”.
Además, en 1953, hizo su último viaje el tranvía que corría de manera eléctrica desde Lerdo, pasando Gómez Palacio, hasta llegar a Torreón. El registro de esta historia le tocó al carro llamado El Pollero, el cual llegó hasta la estación ubicada en la esquina de calle Falcón y avenida Presidente Carranza.
Posterior a 1957 se registraron grandes precipitaciones en La Laguna, lo que provocó que en 1958 se registrara una gran avenida del Río Nazas.
