(EFE)
Desafiando el nerviosismo por una posible recesión y una inflación disparada, las empresas estadunidenses añadieron una sorprendente suma de 528,000 empleos el mes pasado, restaurando todos los puestos perdidos durante la recesión del coronavirus. La tasa de desempleo cayó a 3.5%, la más baja desde el estallido de la pandemia a inicios de 2020.
La creación de empleos en julio fue superior a la de junio, que fue de 398,000, y la mayor desde febrero.
Las cifras sobre el mercado laboral publicadas el viernes por el Departamento del Trabajo llegan en medio de un creciente consenso de que la economía estadounidense está perdiendo impulso. La economía se contrajo en los dos primeros trimestres de 2022: algo que informalmente significa recesión, pero la mayoría de los economistas creen que la solidez del mercado laboral ha impedido que la economía caiga en una contracción.
Los números sorpresivamente fuertes del mercado laboral sin duda intensificará el debate sobre si la economía estadounidense está o no en una recesión.
“¿Recesión? ¿Cuál recesión?”, escribió Brian Coulton, principal economista para Fitch Ratings, tras conocerse las cifras. “La economía estadounidense está creando nuevos empleos a una tasa de 6 millones. Eso es tres veces más rápido que lo que vemos normalmente vemos en un buen año”.
Los economistas esperaban solamente 250,000 nuevos empleos este mes.
El Departamento del Trabajo revisó además las cifras de contrataciones de mayo y junio, diciendo que se crearon 28,000 puestos adicionales en ambos meses. El crecimiento en julio fue especialmente grande en la rama de atención médica y en la de hoteles y restaurantes.
Los salarios por hora registraron un aumento saludable de 0.5% el mes pasado y están 5.2% arriba del año previo, aún insuficiente para compensar la inflación.
Los números saludables casi seguramente alentaran a la Reserva Federal a seguir subiendo las tasas de interés para enfriar la economía y combatir la inflación.
“La fortaleza del mercado laboral frente al... ajuste de tasas de la Fed este año muestra claramente que la Fed tiene más trabajo por hacer”, comentó Charlie Ripley, estratega sénior de Allianz Investment Management para inversiones. “En general, el informe de hoy debería poner en un segundo plano por ahora la noción de una recesión a corto plazo”.
Existen, por supuesto, implicaciones políticas en las cifras dadas a conocer el viernes. Los votantes han estado preocupados por la elevación de los precios y el riesgo de una recesión de cara a las elecciones legislativas de noviembre, cuando los demócratas buscarán retener el control del Congreso. La inesperada solidez en las contrataciones será una noticia bienvenida en la Casa Blanca.
El trasfondo económico ha sido preocupante, con bajas del producto interno bruto en los dos primeros trimestres y caídas consecutivas del PIB, lo que es una definición de una recesión. Además, la tasa de inflación está en su nivel más alto en 40 años.
La resistencia del mercado laboral actual, especialmente la baja tasa de desempleo, es la mayor razón por la que los economistas no creen que haya comenzado una recesión, aunque temen cada vez más que se esté acercando.