Violeta se siente orgullosa de ser un modelo de superación e independencia económica para sus hijas que la ven salir adelante.
"A mi madre que la quiero mucho y gracias por apoyarme en las decisiones que he tomado hasta hoy. Y a mis hijas gracias por comprender los momentos en los que estoy y en los que no".
Violeta tiene 35 años y es oficial en el Grupo de Reacción Laguna desde hace tres años; tiene un matrimonio con un elemento del Ejército Mexicano y dos hijas a las que quiere mucho.
Originaria de Torreón, Coahuila, Violeta se casó a los 17 años de edad para luego ingresar a las fuerzas armadas en 2015, teniendo que vivir en la Ciudad de México por cuatro años. "Desde que era más joven siempre me había llamado la atención, mi hermano también fue militar, entonces como que desde ahí dije 'yo también quiero'". Actualmente Violeta es una de las cinco madres de las nueve mujeres que hay en el grupo de alto impacto.
Demostrando siempre gusto por la seguridad pública y el sentimiento de brindar protección a los demás, Violeta se siente orgullosa de ser un modelo de superación e independencia económica para sus hijas que la ven salir adelante, esto comprometiendo el hecho de tener que sacrificar tiempo familiar, presentaciones escolares y fiestas de cumpleaños, entre otras festividades, que le han costado lágrimas y debates personales entre su trabajo y su instinto materno que gracias a la tecnología ha podido satisfacer con videollamadas y mensajes. Pero como hija, Violeta también se siente protegida y apoyada por su madre de 64 años, a quién también quiere mucho y la apoya en el cuidado de sus dos hijas, mientras ella y su esposo están en servicio.
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El evento lo organizaron en conjunto la Presidencia Municipal y el DIFComo toda oficial, Violeta está sujeta a órdenes de un comandante, pero en casa intenta enseñarle a sus hijas el mundo de una forma más amorosa el bien y el mal, para que tengan confianza con ella y no se lleguen a sentir intimidadas como ya ha pasado especialmente con su hija menor. En el proceso de adaptación también han participado sus compañeros mostrando una cara amigable que muchas veces no se puede ver por la barrera que representan los uniformes policiales.
En cuanto al manejo y la portación de las armas, Violenta comenta que están totalmente prohibidas para tocar, naturalmente las pueden ver y las han visto pero se ha asegurado que sus hijas sepan que las armas son una responsabilidad y no un juguete. "Un arma es una responsabilidad, no son para jugar. Se respetan y se guardan".
SOBRE SER UN ELEMENTO EN UN GRUPO DE ALTO RIESGO
En cuanto al rol de la mujer que trabaja en seguridad pública en la Comarca Lagunera y México en general, Violeta piensa que sí es un poco difícil abrirse espacio laboral pero no imposible una vez actuando decidida. "Te van respetando o tu misma te vas abriendo camino", comenta violeta. "También es difícil porque como decimos, salimos, más no sabemos si vamos a regresar".
Esto último teniendo en cuenta que su trabajo es difícil, pues se juegan la vida en cada operación, ya que su equipo es de alto impacto y no de proximidad, por lo que todos corren los mismos riesgos.
DETECTIVE JANETH
"Amo a mi madre, a mi hija Luisi, nos amamos y nos damos abrazos de sándwich y siempre hemos estado juntas y siempre nos hemos apoyado. Yo siempre me siento feliz con ella".
Janeth tiene 33 años, nacida en Torreón Coahuila. Es licenciada en criminología y actualmente tiene dos años trabajando como agente de investigación criminal adscrita a la agencia de feminicidios en la Laguna, además es madre soltera de una pequeña de 6 años.
Sobrellevar la maternidad y compaginarla con un trabajo tan importante y demandante no fue fácil al principio para Janeth. Primero porque tuvo que separarse de su hija por casi un año por razones laborales, siendo trasladada al municipio de San Pedro, Coahuila, donde prácticamente vivía salvo el día que tenía de descanso y aún así, a veces se presentaban situaciones que requerían ocupar su día de descanso.
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Un breve recuento de las artistas que han sacado a sus hijos adelante por sí solasHubo muchas lágrimas por parte de ambas, especialmente cuando ella regresaba a Torreón por descanso y tenía que despedirse nuevamente de su hija. "Muchos me dirán que no duré tanto pero para mi hija que estaba chiquita pues si le pegaba y tenía crisis. Cuando estuve en San Pedro me dije a mi misma, tengo que aguantar". Menciona Janeth recordando, "¿Cuántas personas no pasan por esta situación? Todo se tiene que acomodar, se fue rápido el tiempo. Menciona con alivio al recordar que gracias a su constante esfuerzo finalmente tuvo su cambio a Torreón".
Como mamá, Janeth agradece tener el apoyo de su madre de 54 años y sus hermanos, especialmente en lo que se refiere a la educación y el cuidado de su hija, pues los horarios laborales no siempre son perfectos. "Me siento privilegiada porque hay muchas personas que no tienen quien las ayude, incluso aunque tengan parejas. Y en mi situación si tengo el apoyo de mi mamá y de mis hermanos".
En el día a día, Janeth se dedica al trabajo de campo, investigando cuando se da el delito de feminicidio, junto con su equipo se encarga de reunir información e identificar el delito, llenando oficios, haciendo cartas a los familiares y a dar contención. Sin embargo no ha permitido que algo tan crudo como la realidad se inmiscuya en el calor de su hogar. Incluso más allá de ser también una madre, cuando en su trabajo se encuentra con la presencia de niños, siempre pide que los aparten de ese tipo de situaciones. -Los niños no tienen porqué estar viendo ese tipo de situaciones de violencia, de gritos, de alcoholismo, no me gusta ni permito. Si están las personas que están involucradas pido que los retiren. Porque no me parece que sufran ese tipo de eventos. Comenta al pensar en su pequeña.
Explicar su trabajo a su hija no ha sido sencillo, por ejemplo a la hora de llevar armas a casa, siempre debe seguir los protocolos de seguridad, le explica a su niña que es una herramienta que debe utilizar, "¿Qué tal si hay una persona mala que nos quiere hacer daño?, lo tenemos que hacer. ¿Pero no le haces daño a nadie?", nos cuenta que su hija le pregunta. "O sea, claro que no, yo cuido a las personas", dice sonriendo.
"Mi trabajo es evitar qué alguien que ha hecho daño y que ha hecho mal, siga haciendo daño. Hay que retirarlo y guardarlo donde no pueda hacer daño a nadie más, nos explica Janeth.
Y aunque Janeth sabe que su trabajo no es muy compatible con la responsabilidad de ser madre, nos comenta que todos los empleos nos van a exigir, "a mi me gusta mucho esto de la investigación, cuando algo te gusta tienes que encontrar la manera de hacerlos compatibles. Añadió. Y a pesar de que no hay descanso, el trabajo se tiene que sacar rápido, pues hay muchas carpetas, y casos que tienen que ver, porque aunque pueda pasar un año, las familias quieren saber que haya justicia, quieren también estar tranquilos aunque el dolor no se les va a quitar, lo saben, y entienden que se trabaja y se hace todo lo que se tienen que hacer, porque es una obligación".
Violeta y Janeth son dos de las cientos de madres trabajadoras que día a día salen de sus hogares y dejan a sus pequeños en manos de quienes más confianza y amor tienen para ellos, sus abuelas. Como sus historias podemos encontrar muchas y en este día de las madres podemos reconocer la gran labor que es desempeñarse como madre y proveedora del hogar.
MADRES
Violeta y Janeth son dos de las cientos de madres que salen a su trabajo todos los días.