(EFE)
El Día Mundial de la Libertad de Prensa tiene un trágico y especial significado en México. Ocho periodistas asesinados en lo que va de año y las exigencias de justicia de los informadores en constante peligro en lugares como Michoacán, Veracruz y Tijuana (Baja California) se suman al asedio permanente de muchas autoridades del país.
En la fronteriza Tijuana, uno de los puntos rojos para la prensa, sus reporteros consideran que si antes ya era complicado trabajar en esa ciudad, desde los asesinatos en enero pasado de sus colegas Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, el clima se ha vuelto incluso más tenso y hostil.
José Luis Camarillo, veterano reportero que durante años ha cubierto la fuente policial, explicó este martes a Efe: "El riesgo es muy fuerte en esta frontera ya que puedes estar a manos de dos generadores de riesgo, tanto de las autoridades policíacas como del crimen organizado. E incluso de la misma ciudadanía”.
El periodista ha sido víctima de diversas agresiones a lo largo de su trayectoria de más de 40 años en la ciudad.
Algunas de estas agresiones han sido perpetradas por parte de agentes de la Policía ministerial, de municipales y de ciudadanos en diversas manifestaciones, según relató.
OLA DE VIOLENCIA
Al igual que él, Octavio Fabela, quien tiene 32 años reporteando en Tijuana, aseguró que hoy en día se ha tornado mucho más complicada la labor periodística en esa ciudad fronteriza con EUA debido a que “para los criminales es muy fácil atentar en contra de la vida de algunos compañeros", como sucedió en su momento con Margarito y Lourdes.
El caso de Lourdes Maldonado conmocionó el país. Entre otros motivos, porque en marzo de 2019, en una de las conferencias diarias del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional, la periodista dijo "temer" por su vida a raíz de un "pleito" que tenía con el hoy exgobernador de Baja California Jaime Bonilla, del oficialismo.
Fabela dijo a Efe que esta es la segunda ocasión que le toca trabajar “en un clima bastante violento en la ciudad”.
La primera etapa violenta, aseveró, fue en las décadas de 1980 y 1990, cuando había una inseguridad generalizada.
Y ahora, en una nueva ola de violencia, predomina el acoso por parte de las autoridades a los periodistas, sobre todo hacia quienes realizan trabajo de investigación.
“Es complicado porque tenemos a la autoridad que nos hostiga y ello ha creado un clima de animadversión sobre lo que planteamos a través de nuestras notas. Además, tras los asesinatos (de Margarito y Lourdes) se vive un ambiente tenso porque parece que ya cualquiera tiene el derecho de asesinarte solo por no estar de acuerdo contigo”, dijo.
Luis Omar Camarillo, un fotoperiodista de 22 años que lleva 5 colaborando para varios medios de la fuente policial en Tijuana, coincidió con su compañero en que tras los asesinato de enero aumentó la "tensión" en el gremio y "en todo en general".
“Yo hasta la fecha cuando estoy con mi padre (José Luis Camarillo) u otros compañeros siempre estoy en alerta en cualquier lugar donde llegamos. (...) Porque uno nunca sabe en qué momento te pueda tocar", dijo a Efe.
ATAQUES A LA PRENSA
Leopoldo Maldonado, director para México y Centroamérica de la ONG Artículo 19, compartió a Efe que generalmente los periodistas que corren "mayores riesgos" son los que están cubriendo en regiones donde se han desatado luchas entre grupos criminales y choques contra las autoridades, como es el caso de Tijuana.
"Hay un clima de animadversión en contra del ejercicio periodístico, que no es de ahora sino que es histórico por parte de los poderes fácticos y de los poderes públicos, pero hoy la impunidad rampante genera un incentivo", explicó.
Resaltó que es muy importante tomar en cuenta que desde hace más de 15 años la prensa está cubriendo en un contexto "de guerra" en muchas regiones del país.
Y en la actualidad, el discurso de López Obrador, muy crítico con cierta prensa, genera “un ambiente de hostilidad y de permisividad de violencia permanente que se replica por parte de otros actores”.
“El año pasado documentamos por lo menos 62 casos de estigmatización por parte del presidente en contra de la prensa. (...) Con López Obrador se ha incrementado en un 85 % la violencia contra la prensa frente al primer trienio de Enrique Peña Nieto (2012-2018)”, concluyó.
SITUACIÓN EN COAHUILA
El informe anual 2021 de la organización Artículo 19 sobre el estado de la prensa en México detalla que ese año se registraron 27 agresiones en Coahuila, colocando al estado en el sitio 11, estando por abajo de Tamaulipas, Guerrero y Ciudad de México.
Por su labor, la organización documentó el asesinato de Saúl Tijerina Rentería, trabajaba para el medio Noticias en la Web y fue asesinado el pasado 22 de junio de 2021 en Coahuila.
La Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el homicidio y detalló que Tijerina Rentería colaboraba para varios medios de Ciudad Acuña.
Según la ONU, además de ser periodista trabajaba en una fábrica y fue al salir de esa segunda labor que desapareció la madrugada del 22 de junio, siendo localizado su cuerpo ya sin vida horas después al interior de su vehículo.
En Coahuila se han abierto 39 carpetas contra periodistas entre los años 2010 y 2020.
Y como advierte Artículo 19, los delito de Ultrajes y de Halconeo siguen vigentes en el estado con lo que se atenta contra la libertad de expresión.