Diálogos poéticos que abren puertas

Un libro de poesía en manos de un lector siempre le ha parecido interesante. El acto es un encuentro, supone abrir la puerta a versos, metáforas, estructuras y ritmos. La poeta y periodista Sylvia Georgina Estrada libera esta idea, sin desprenderse el cubrebocas negro, en la Feria Editorial Universitaria UANLeer, en Monterrey, donde hace unas horas presentó 'La casa abierta. Conversaciones con 30 poetas', volumen de entrevistas cuya segunda edición es publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). 

Ante las tres decenas de diálogos impresos en estas páginas, se añade uno más: el que la entrevistadora tuvo consigo misma. Sylvia Georgina reflexiona y responde la primera cuestión en la cafetería del Colegio Civil (lugar donde se realiza la feria), con una voz que no puede desprenderse de su acento poético. 

"Una de las primeras entrevistas que me hice, de las primeras preguntas, fue por qué valdría la pena recuperar algo que estaba hecho para el diarismo. Cuando uno es reportero, periodista, haces un trabajo que en ocasiones es de un día para otro. A veces puedes tener un poco más de tiempo, pero digamos que ese trabajo está destinado a perecer. No hay nada más viejo que el periódico de la mañana, se dice y ahora con las redes sociales existe una prisa, una urgencia de sacar información. Me parecía que en la urgencia de sacar información había unos diálogos que se perdían".

La muerte del poeta argentino Juan Gelman, incluido en 'La casa abierta', significó la primera idea de la pérdida mencionada por la autora. La partida de Gelman movió pensamientos en la pluma de Sylvia Georgina. El argentino le había confiado frases trascendentes e importantes para lectores asiduos, escritores o aquellos que buscan acercarse a la poesía.

"A partir de esa noción fue que me animé a recopilar las entrevistas, porque son conversaciones que hice a lo largo de varios años, que las hice pensando en el diario, en la nota del día, sin la mayor pretención que el trabajo de un reportero de a pie. Ninguna se hizo pensando en hacer un libro".

Las entrevistas realizadas por Sylvia Georgina Estrada son lecturas itinerantes. Sus escenarios ocurren en Saltillo, Monterrey, Ciudad de México, Guadalajara, San Miguel de Allende e incluso Oaxaca. Los rostros de la poesía se expresan a través de voces como Alí Chumacero, Dolores Castro, Gioconda Belli, Raúl Zurita, Marianne Toussaint, Eduardo Milán, Minerva Margarita Villarreal, Joumana Haddad, Eduardo Lizalde, entre otros. 

Aunque estos diálogos aparecieron por primera vez en periódicos de Saltillo, en 'La casa abierta' muestran un perfil más trabajado, editado, corregido. Sylvia Georgina es una periodista asidua a guardar las grabaciones y notas de sus encuentros. Eso le permitió pulir preguntas y respuestas, ampliar  contenido, rehacer el momento. 

"¿Por qué es importante recuperar las voces de estos personajes? ¿Qué ideas de la poesía me parecen relevantes? Hay algunas ideas que se repiten en varias entrevistas, porque son obsesiones para mí sobre la escritura de la poesía: ¿Cuándo leíste tu primer poema? ¿Cuál fue tu primer acercamiento? ¿Por qué traduces? Si creen en la inspiración o si creen en el oficio y en la disciplina. Son ese tipo de preguntas que me parecían pertinentes para quienes nos dedicamos a todo lo relacionado con la literatura, desde el lector hasta el escritor". 

Hogar para poetas

Para la autora, la poesía es una casa donde se puede entrar y salir. "Nuestra casa está abierta, sin llaves en la puerta", dice un verso de Czslaw Milosz, que indiscutiblemente es la raíz del título del libro. En la edificación poblada de palabras con fin poéticos, adornada con metáforas y dinteles de métrica, no existen los cerrojos. 

"Por eso me gustó esa metáfora para el libro, de que cada entrevista, con cada poeta, fuese una especie de invitación a cada habitación de esta casa de poesía, de que puedas conocer a alguien, entrar a su habitación y ver cuáles son sus intereses de escritura, lectura y vitales. Pienso en la entrevista de Antonio Cisneros y él al final me dice: 'Claro, yo amo la poesía, pero la poesía no es más importante que la vida de mis nietos'. Es decir, por más que esto sea mi trabajo y tenga un gran valor, prefiero dejar de escribir a que eso afecte de alguna forma la vida de alguien que amo. Esas reflexiones también me parecían interesantes de visitar".

Si Tomás Segovia le indicó en una respuesta que un poeta es más de su época que de su país, Sylvia Georgina empleó la idea en sus entrevistas. Cada encuentro representa una época donde acuden poetas cuya carrera se afianzó a finales del siglo XX. En las más de 200 páginas resuenan voces de experiencia, de trayectoria, consolidadas tras una indiscutible carrera empapada de lecturas, en conversaciones tituladas con un verso escrito por el entrevistado.============03 Sumario(26801865)============