La denominación 'metaverso' proviene de Snow Crash, novela de Neal Stephenson, escritor norteamericano.
“Totalmente inmersivo”, esas dos palabras describen el objetivo final del metaverso.
La denominación “metaverso” proviene de Snow Crash, novela de Neal Stephenson, escritor norteamericano.
Esa ficción sigue las aventuras de Hiro Protagonist, repartidor de pizzas y hacker independiente, tanto en el mundo real como en “un universo generado informáticamente que el ordenador dibuja sobre el visor y le lanza a través de los auriculares”.
“Totalmente inmersivo” significa una experiencia digital superior a la que ofrece hoy día la realidad virtual.
De momento, el metaverso está, pudiera decirse, en pañales. No va más allá de una promesa, es el concepto que sustenta la inminente construcción de una tierra inmaterial cuyas posibilidades son, en apariencia, infinitas.
Ese matiz sobre la infinitud quedará más claro en el siguiente apartado.
¿Cómo se ingresará a ese sistema informático? Los puertos de entrada, en tanto se perfeccionan tecnologías de inmersión ligeras, acaso imperceptibles, serán gafas especiales y trajes con sensores que registren los movimientos físicos de modo que permitan moverse e interactuar en el orden digital.
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